"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Historias familiares, historias fantásticas, y documentales. Y música, mucha música. Historias de viajes, de emigración forzada, de reencuentros y de búsquedas. Seis producciones y coproducciones españolas se encuentran este año en el bloque cada vez más diferenciado de Zabaltegi; seis trabajos con jóvenes directores y alguna propuesta arriesgada.
Una historia familiar es el hilo conductor del primer largometraje de Liliana Torres, Family Tour. Lili vuelve a casa desde México, donde trabaja, y la cotidianeidad familiar le golpea como suele golpear la realidad: cuando menos te lo esperas. Su madre tiene reacciones surrealistas, su hermana es casi una extraña, su padre no aprecia el trabajo artístico como realizadora de vídeos. “Esperaba más de ti”, le dice. “Igual no deberías esperar tanto”, responde Lili.
Mujer conejo es una historia medio fantástica que narra la peripecia de una funcionaria argentina que se mete a detective para intentar desentrañar por qué le persigue la policía, y que le llevará a acabar en el interior del país huyendo de conejos alienígenas y de la mafia china.
Violet, el segundo largometraje que dirige el donostiarra Luiso Berdejo, cuenta la obsesión por las fotografías antiguas de un joven estudiante que actualmente reside en Los Ángeles. Un día encuentra en un mercado de segunda mano el retrato de una misteriosa joven, y, obsesionado con una historia que le atrae como un agujero negro, decide dejarlo todo con el único objetivo de conocerla. No tiene datos, no hay nada que le permita agarrarse a algo por dónde empezar la búsqueda, pero tiene al espíritu de su abuelo, un donostiarra que, en vida, era un verdadero oráculo contra todo tipo de problemas.
El documental, protagonista
Tres documentales completan la producción estatal. En El rey de Canfranc, Manuel Priede y José Antonio Blanco narran la historia de Albert Le Lay, jefe a principios de los 40 de la policía de aduanas francesa en la frontera de Canfrac, a la sazón zona de intenso tráfico de refugiados, contrabandistas, maquis y nazis. Le Lay, miembro activo de la Resistencia francesa a la ocupación alemana, acaba siendo descubierto por la Gestapo y emprende una huida rocambolesca que le convertirá en El rey de Canfrac.
Los dos restantes trabajos tienen como nexo común la música. Sigo siendo recorre diferentes realidades del folklore peruano, ofreciendo una visión muy alejada de los estereotipos sobre los indios quechuas, o sobre el folklore caribeño, y mostrando un pueblo en estrecho contacto con la naturaleza, con una profunda musicalidad, y con un sentimiento de comunidad que hace a la colectividad el centro sobre el que pivota el mundo.
“El agua se va secar, ¿cómo vamos a detenerlo?”, se pregunta un anciano al principio del documental. El agua aparece en numerosas ocasiones durante el documental como símbolo de vida, símbolo en torno al que giran las principales festividades relacionadas con las cosechas, líquido original donde se purifican los instrumentos musicales, y en cuyos pozos originarios se busca el impulso para el fortalecimiento interior.
Serrat y Sabina: el símbolo y el cuate, cuenta el viaje por varios países de Sudamérica de los dos famosos cantautores. Es un reencuentro con viejos conocidos, con lugares y fechas que rememoran, sobre todo, la historia escrita con letras mayúsculas en la biografía del cantautor catalán.
A.B.