"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Carmen tiene un marido que le quiere, un perro, vive en un barrio bien y acude a fiestas en las que suenan canciones de los ochenta. Así trascurren los primeros diez minutos de la película Paraíso. Aunque para los ojos del espectador Carmen es feliz, Mariana Chenilla -la directora de la película- no lo cree así: “Ella piensa que tiene una vida perfecta pero en el fondo no ha decidido nada, todo se le ha ido decidiendo solo”, apunta.
Por eso, la directora no ve con malos ojos que pasados esos diez minutos iniciales la pareja tenga que emigrar a la capital y toda esa felicidad termine. “Es cuando sienten esa presión de la ciudad, deciden hacer una dieta y las cosas empiezan a cambiar entre ellos cuando por primera vez se siente sola y tiene que preguntarse qué quiere hacer con su vida”, explica.
Chenillo reconoce que ha convertido un cuento homónimo de Julieta Arévalo que enamoró a su productor Pablo Cruz en una historia muy personal. Primero porque cuando encontró el camino de la protagonista tuvo que pensar sobre el suyo propio y descubrir cuándo decidió qué hacer con su vida. Y segundo porque con esta historia ha tenido que “exponer muchas cuestiones personales como la autoestima o la intimidad con la pareja”.
Sin embargo, para la directora la película tiene cosas personales de mucha gente y esa también ha sido la aportación principal de los actores. “Como la protagonista, Daniela Rincón es una actriz que ha tenido sobrepeso toda su vida y cuando leyó el guion sintió que había muchas vivencias propias. Pero a su vez, ella también nos trajo muchas cosas verdaderas y genuinas”. Por ello, Chenillo se muestra muy contenta por la elección de los actores. “Era una tarea difícil porque ellos son el corazón de la película”.
Conexión con el público
Éste es el segundo largometraje de la directora mexicana. Su ópera prima, Cinco días sin Nora, también visitó múltiples festivales e incluso ganó importantes premios. Aun así, más allá de los festivales o los premios, para Chenillo el principal el objetivo al hacer un filme es conectar con el público. “Una película no se completa hasta que llega a alguien”, sentencia.
I.B.