Nacida en Santiago de Chile en 1960 es una de las intérpretes teatrales más reconocidas de su país. El éxito internacional le ha llegado este año como protagonista de Gloria de Sebastián Lelio que tras ganar Cine en Construcción triunfó en Berlín donde ella obtuvo el Oso de Plata.
¿Con qué expectativas encara su labor como jurado de la sección Oficial?
Pues con la ilusión de que las películas que concursan mantengan un nivel de calidad extraordinario y eso dé lugar a una discusión al máximo nivel por nuestra parte. Ojalá nuestras deliberaciones y reuniones sean apasionadas y nos cueste alcanzar un veredicto porque eso querrá decir que ha habido propuestas muy interesantes.
¿Cómo se definiría como espectadora de cine? ¿Qué es lo que más valora en un filme?
De entrada cuando me acomodo en una sala y se apagan las luces, la sensación que me
embarga es la de estar en una suerte de montaña rusa, me siento como una niña. Poniéndome más exquisita, te diré que las películas que más me interesan son aquellas que generan emociones contradictorias dentro de mí, que consiguen inquietarme. Tengo especial debilidad por los filmes que trabajan el sentido del humor de un modo elegante, pienso por ejemplo en cineastas como Jiam Jarmusch o Alexander Payne, que me encantan. Pero en realidad disfruto de casi todos los géneros por igual, lo mismo me gusta un filme de animación que un western o un drama intenso como los de Michael Haneke.
Usted pertenece a una cinematografía como la chilena que, de mantener un nivel de producción bastante exiguo, ha pasado a gozar de un cierto peso en el circuito de
los festivales internacionales ¿cuáles cree han sido las razones de esa transformación?
Han coincidido varios aspectos, todos ellos comenzaron a producirse en torno a los años
90 coincidiendo con el retorno de Chile a la democracia. En primer lugar influyó el regreso
de muchos cineastas y artistas que estuvieron en el exilio, pero paralelamente se abrieron algunas escuelas de cine donde empezó a formarse una nueva generación de directores. También el Estado comenzó a invertir de un modo más decidido en las artes. Fruto de todo ello fue que esta pasada década la producción cinematográfica chilena mejoró tanto cualitativa como cuantitativamente, también coincidiendo con la aparición de los sistemas digitales para filmar, que generan un abaratamiento notable de los costos de producción, algo que en una cinematografía como la nuestra resulta decisivo.
Muchas voces señalan a América Latina como un territorio muy fértil en lo que a talento cinematográfico se refiere, hasta el punto de afirmar que se trata de una región emergente en este sentido ¿comparte esta apreciación?
Sí, pienso que sí. El caso chileno que acabamos de comentar creo que resulta extrapolable a otros países latinoamericanos, quizá con la excepción de Argentina y Brasil dado que ellos siempre han tenido unaindustria más asentada y una producción más numerosa. El mayor acierto de las nuevas generaciones de directores latinoamericanos
es hacer un cine que atiende al contexto sociopolítico como marco referencial de sus
¿Hasta qué punto diría que ese marco de referencia facilita la conexión con el espectador?
Lo facilita mucho, hoy por hoy el cine latinoamericano busca una comunicación directa con
el público, esa es la vocación de nuestros cineastas más jóvenes. Su prioridad antes que ex- «Me interesan las películas que generan emociones contradictorias»
El cine latinoamericano busca hoy una comunicación directa con el público perimentar con la cámara pasa por entablar un proceso de diálogo con el espectador y con su universo emocional.
¿Cómo le ha cambiado la vida el Oso de Plata que recibió este año en el Festival de Berlín por Gloria?
Pues mira estoy aquí sentada en el María Cristina, ejerciendo de jurado en un Festival como el de San Sebastián, imagina cómo ha podido cambiar mi vida (risas). La verdad es que al proceder del mundo del teatro tengo una relación con la actuación muy concreta, sé que el producto es bueno cuando se trabaja bien. Pero en el cine todo es distinto, sobre todo en Chile, donde los rodajes son tan intensos, se hacen en unas condiciones tan especiales que no te permite pensar acerca de la trascendencia que tendrá lo que estás interpretando. De hecho yo no miro lo que filmo, me fío de las indicaciones del director.
La primera vez que vi Gloria fue en Berlín, con el público, y mi sorpresa ante el filme fue pareja a la de la audiencia. jaime iglesias narraciones.
JAIME IGLESIAS