"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Con Futbolín, su primer trabajo en el ámbito de la animación, Juan José Campanella retorna al Zinemaldia tras el clamoroso éxito alcanzado en 2009 con El secreto de sus ojos. Ante la insistencia de muchos periodistas en inquirirle sobre si su elección para inaugurar la Sección Oficial este año cabe interpretarse como una suerte de desagravio, dado que en aquella ocasión su filme no resultó premiado, el cineasta argentino tiró de símil futbolístico. “Desde chico tengo claro que no me divierte jugar por jugar y que cuando lo hago siempre espero ganar algo, pero tanto más importante que la victoria es aceptar las reglas del juego”. Toda una declaración de intenciones que, de paso, le sirvió a Campanella para sintetizar el mensaje que encierra una película como Futbolín. Si bien, respecto a su anterior presencia en el Festival no se privó de añadir, entre risas, “aquella vez no nos premiaron pero después tuvimos buena revancha”, en referencia al Oscar que ganó con El secreto de sus ojos.
Más allá de metáforas de inspiración balompédica, el cineasta argentino sorprendió a propios y extraños al afirmar que él no es un gran futbolero: “No obstante reconozco el valor del fútbol a la hora de vehicular pasiones que son propias de la vida como el espíritu de superación o la capacidad para afrontar nuevos desafíos”. En este sentido, el director no cree que su nuevo trabajo merezca ser definido como una película sobre fútbol: “Decir que éste es un filme de fútbol es como afirmar que Casablanca es una película de guerra”.
Su origen fue un cuento del escritor argentino Roberto ontanarrosa “un relato breve, casi sin argumento, que más que daptar tomamos como punto de partida pero creo que reflejamos muy bien el universo tan particular y el sentido del diálogo que tenía ontanarrosa. De hecho su hijo, que es quien maneja su legado, uedó muy satisfecho con el resultado”. Pródiga en logios se ha mostrado también la audiencia argentina, algo que los productores del filme celebran: “Hemos estado compitiendo en taquilla con películas de animación hollywoodiense con un presupuesto diez veces superior al nuestro y a todas las hemos ganado”, según comentó Gastón Gorali, productor de Futbolín. Esto resulta interesante para Jorge Estrada, también productor del filme, en la medida que “abre una nueva vía para la distribución internacional del cine de animación. Nosotros ofrecemos un producto de calidad al que pueden acceder las distribuidoras independientes de todo el mundo frente al modelo que representa la animación de Hollywood. De momento Futbolín ya la han comprado en Rusia, Turquía, Corea, etc.”
Ahondando en esta idea, Campanella apuntó que el hecho de ser elegidos para inaugurar esta 61 edición del Zinemaldia “resulta un buen espaldarazo para los profesionales de la animación tanto de Argentina como de España, y de paso sirve para romper el estereotipo de que este tipo de producciones únicamente pueden abordarseen EE.UU”. El director quiso destacar en todo momento que se trata de una coproducción, despejando así de paso la extrañeza que ha suscitado la proyección del filme en un castellano ibérico: “Futbolín originalmente fue concebida para ambos mercados y por lo tanto el guion fue adaptado a ambos dialectos”. Este empeño estuvo provocado por la necesidad de “atender las demandas de una audiencia que en un alto porcentaje va a ser infantil, algo que también nos hizo controlar el nivel de complejidad y profundidad que inicialmente pensamos para la historia”, confesó el cineasta argentino antes de reconocer que “la cantidad de decisiones que tiene que adoptar un director en un filme de animación son millones en comparación con un rodaje de imagen real”.
J.I.