A Diego Luna se le nota relajado este año en Donostia. Esta vez, el actor y director de cine mexicano no trae ninguna película a concurso y, después de varias visitas al Festival, en esta edición acude como integrante del jurado que valora la Sección Oficial.
“Es una experiencia completamente distinta”, asegura. “Te invitan a ser espectador de lujo y no hay presión, no hay la agonía de cuando presentas tu película frente al público, ni ese nivel de exposición. Es una gran oportunidad no solo de ver cine sino de discutirlo, confrontar tus ideas con colegas que admiro mucho y analizar y ver el proceso de otros directores, de otros actores, para luego cuestionarte el tuyo. Se trata también de dejar un poquito a un lado tu trabajo y tus historias para escuchar las de otros y dejarte afectar para poder regresar mentalmente distinto”. Pero para Luna, lo mejor de esta vez es “el goce, mucho goce, porque hay tiempo; en los festivales nunca lo hay, siempre estás corriendo. Ahora me levanto, como, veo una película, platico sobre ella, ceno, veo otra, platico sobre ella, me tomo una cerveza y me voy a dormir. ¡Es perfecto! Es el itinerario ideal”.
“Como jurado del Festival, la verdad es que trato de no pensar mucho en la responsabilidad de los premios, y procuro sentarme ante las películas con distancia, y sin dejar que me afecten demasiado, tratando de ser lo más ecuánime posible”.
Sin embargo, Diego Luna deja muy claro que, para él, los premios no son lo más importante: “Lo que uno se lleva de un festival es la oportunidad de exponer tu trabajo ante el público, el primer simulacro de lo que va a pasar el día que se estrene, y poder hablar de cómo lo hiciste. Ese es el gran regalo, y ahí tú ya llenaste tu bolsa con cosas maravillosas. Si, además te llevas un premio encima, o tienes esa suerte, pues ¡qué maravilla! Pero los premios son tan subjetivos, y ¡es tan injusto decir que una película es mejor que las otras, que es mejor que todas las demás!”.
Hervidero latino
La selección de trabajos en Horizontes Latinos y la presencia en la Sección Oficial muestra, constata Diego Luna, los buenos momentos que vive el cine latinoamericano. “Momentos buenos para la gran cantidad de voces jóvenes que están surgiendo y que están ganándose un lugar, no solo en festivales, sino también en las salas. Me da mucho gusto que esté pasando esto. Es necesario que esas voces se expresen, que griten y que alguien las escuche, porque finalmente ellos son los que cuentan lo que pasa. Y me enorgullece realmente ver que Latinoamérica es un hervidero de gente queriendo contar historias, porque me da esperanza para seguir en esto”
Además, considera Luna, los latinos juegan con ventaja, porque “ahora que cada vez es más complicado hacer cine, que cada vez es más difícil encontrar financiamiento, las películas tienen que hacerse cada vez con menos presupuesto y, a eso, los latinoamericanos, estamos muy acostumbrados.”
Biopic sobre César Chávez
Luna proyecta presentar su nuevo trabajo en el primer trimestre de 2014: la historia de César Chávez, un líder sindical de los trabajadores del campo de California. “Es lo que los norteamericanos llaman biopic, una ficción basada en la biografía real de este hombre, que creó el primer sindicato de campesinos en los Estados Unidos en los años 60. No sé por qué, pero los Chávez se cruzan en mi vida”, bromea en alusión a otro César Chávez, un boxeador sobre el que realizó un documental en 2007 y que supuso suestreno como director detrás de las cámaras, después de toda una vida trabajando como actor de cine.
Luna (México D.F. 1979) tuvo su primer papel a los siete años, a los doce debutó en televisión y desde entonces ha compaginado este trabajo con el teatro y el cine. El papel de Tenoch en Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón, le dio fama internacional y luego han seguido Rudo y cursi de Carlos Cuarón, Milk de Gus Van Sant y Elysium de Neil Blomkamp.
Es uno de los socios de la productora Canana, con Gael García Bernal y trabaja habitualmente también con Mr.Mudd, la productora de John Malkovich y Russ Smith. Ambas colaboraron en Abel (2009) su segundo largometraje con el que debutó en Sundance y ganó el premio Horizontes Latinos 2010 en el Zinemaldia.
PILI YOLDI