"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Un hombre desencantado con su primer amor decide gastarse a lo largo de un año una fortuna conseguida a través del desfalco de fondos públicos, utilizándolo en mujeres y en sexo para, después de eso, cometer suicidio. El cine de Nagisha Oshima siempre ha estado recorrido por un instinto animal, por una pulsión irreflexiva y por un desenfrenado deseo carnal que conduce a sus personajes a los límites de la locura. Estos elementos, que le sirvieron para romper los tabúes de la todavía represiva sociedad japonesa de su época, se hacen presentes en Etsuraku (Los placeres de la carne), en la que utilizó los moldes de las películas pinky para dibujar un panorama erótico al borde del delirio, tan febril y desquiciado como una abstracción.
La película nos introduce en una espiral malsana de amour fou impredecible, que nos lleva de una mujer a otra sin que casi podamos percibir la diferencia. Amantes que se convierten en encarnaciones subvertidas de ese ideal femenino que el protagonista perdió en su juventud, cuerpos anónimos a los que abandonarse al placer mientras en el fondo late la frustración y la rabia. ¿Puede el dinero dar la felicidad? ¿Puede servir para comprarla? Para Oshima, esa tentación de poder es el principio de la pérdida de la integridad del ser humano.
BEATRIZ MARTINEZ