"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
No entiendo, en Holanda los festivales de cine están llenos de viejos y aquí, en la proyección de mi película las butacas estaban repletas de gente joven”, decía un sorprendido Jim Taihuttu tras presentar en el Kursaal el largometraje Wolf. El director de esta película holandesa tuvo la suerte de realizar su primer pase con la presencia del Jurado de la Juventud y pudo percibir su energía: “Me han hecho sentir como una estrella del rock”.
Taihuttu tenía doble razón para estar contento, ya que como él mismo reconoce, su trabajo está dirigido a la gente joven. Su primera película, Rabat, sorprendió a todas las productoras holandesas por su éxito entre los jóvenes del país y con este filme espera repetirlo. “Me atrae mucho la idea de llevar una audiencia joven al cine para que vea una cinta en blanco y negro. Es como una misión extra”, explica.
Así, la historia de Wolf tuvo sus orígenes en el rodaje de esa ópera prima tan exitosa. También estaba protagonizada por Marwan Kenzari y, durante uno de los ensayos, director y actor hablaron sobre un joven kickboxer cuya vida está boca abajo. Al director le entusiasmó la idea y “durante dos años he estado escribiendo el guion expresamente para él”.
El realizador opina que Kenzari también ha tenido que trabajar durante mucho tiempo para interpretar su personaje. No solo porque tuvo que entrenar duro para adquirir el tono físico adecuado, sino porque también tuvo que acudir a ese mundo y conocer su cultura y su forma de hablar. “Es na pena que mucha gente que no conoce el idioma no pueda apreciar la jerga que se utiliza”, declara el director.
Finalmente, Taihuttu define su película “como una gran tragedia clásica donde todo va cuesta abajo desde el principio”. Por eso ha utilizado una narrativa clásica con muchos secundarios que solo aparecen cuando se interrelacionan con el protagonista. “Son como trozos de su realidad”.
I.B.