"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Los documentales poseen una particularidad que lo diferencia del resto de los géneros cinematográficos: “Uno nunca sabe qué película va a hacer, qué ocurrirá en el minuto 20 o al final”. El cineasta Javier Corcuera ha experimentado esa incertidumbre en cada uno de sus proyectos, lo que le convierte en el candidato idóneo para impartir el seminario “El proceso de creación de una película documental”, organizado por Ganora Filmak, que comienza hoy en la sala Kutxa Andia.
El taller consistirá precisamente en explicar “cómo hacer una película sin saber cómo va a ser la película”. A pesar de su amor por el documental, como demuestra su trayectoria, defiende que el único compromiso de los cineastas es “contar bien historias”. Recuerda que “el documental al trabajar la realidad llama la atención sobre determinadas situaciones, pero desde la ficción también se pueden abordar y, de hecho, se hace. Cada vez hay fronteras más difusas entre uno y otro, y me gusta”
Su intervención consistirá en responder a interrogantes. Por ejemplo, por qué contar una historia desde la realidad”. “Hay que preguntarse si merece la pena, tal vez hay que inventar un personaje y se cuenta mejor. Contarla desde la realidad tiene que ser la mejor opción, y hay que encontrar las razones y los caminos”, resuelve. El último punto del programa no es una interpelación sino una reflexión. “Las películas documentales no se terminan cuando se terminan”, sostiene, y lo argumenta: “Precisamente porque trabajan con la realidad y se mezclan con la vida, los personajes con los que has trabajado tienen su propia existencia”.
La deuda con Elías Querejeta
En el Festival fue premiado su primer largo documental, La espalda del mundo, y ahí se empezó a edificar un afecto que no se ha interrumpido. Ese reconocimiento “le dio un impulso muy grande a la película y a partir de ahí mi carrera como cineasta fue a más. Le tengo un cariño muy especial al Festival y el recuerdo de estrenar aquí mi primer largometraje y, además, hacerlo de la mano de Elías Querejeta, uno de los más grandes productores que ha habido, es inolvidable”. Por eso, “estar aquí con mi última película me hace mucha ilusión, y recordar a Elías. Con él hice La espalda del mundo o Invierno en Bagdad, que son películas que difícilmente alguien quiere producir. Le debo mucho”, reconoce.
Aparte del taller, Corcuera ha viajado a San Sebastián para presentar, de nuevo en Zabaltegi, Sigo siendo – Kachkaniraqmi. El martes descubrirá la respuesta al público pero él ya se ha contestado afirmativamente a la pregunta más complicada del temario: “¿Cómo saber si es la película que queríamos hacer?”. Parresponderse, el cineasta limeño dispone de “algunos trucos”, pero se lo reserva: solo podrá escucharlos quien asista al seminario.
R.P.