"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
“Celebramos funerales por guerras que no ganamos”, dice Hushpuppy, una superviviente que intenta desentrañar los secretos del mundo oyendo el sonido del corazón. No es una metáfora: vive en medio de un mundo extraño y mágico separado de la realidad por un dique inmenso que impide que el agua de la laguna y del océano riegue de realidad otros lugares más afortunados. Coge los pollitos que corretean alrededor de su chabola de hojalata, e intenta oírles el corazón. Toma un cangrejo recién pescado en las marismas que rodean todo, y se empeña en detectar un latido. Se apoya en la cerda enorme que dormita junto a la huerta que bordean los meandros, y se emociona con el pálpito animal. Sabe que todo lo que le rodea es una gran unidad que funciona según un equilibrio complicado pero necesario, inevitable, y sabe que si algo se rompe, todo puede desaparecer.
Por eso, cuando, cansada de la vida caótica de su padre alcohólico, le golpea en el pecho con todas sus fuerzas y éste, sorprendido, cae, y en la lejanía se oyen truenos que avisan de la tormenta inminente, piensa que realmente es ella la que ha roto algo en algún sitio remoto, y como las piezas rotas, al juntarlas, nunca quedan exactamente igual que al principio, sospecha que en adelante ya nada será lo mismo.
La película de Benh Zeitlin, ganadora del premio principal del Festival de Sundance, es una alegoría brillante de la relación entre los humanos y su entorno, una metáfora sobre la vida. “Siempre acaba por desaparecer lo que nos hace nacer, y los valientes se quedan a verlo”, piensa la protagonista, cuando se da cuenta de que su padre está gravemente enfermo. La tormenta de la que todos huyen y a la que los Ducet deciden resistir junto con otros habitantes de la marisma, hace aún más fuerte el círculo entre la pequeña comunidad que se niega a abandonar el sitio que les ha tocado en el mundo.
A.B.