"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Bella Vista es el nombre de un equipo de fútbol de Durazno, una ciudad de 20.000 habitantes al norte de Montevideo. Con el tiempo, la sede del club pasó a ser un burdel de travestis y finalmente fue convertida en iglesia. Aunque parece un rocambolesco guion de novela, la realizadora uruguaya Alicia Cano se encontró con esta historia real en un diario de su país.
“Un prostíbulo es ahora lugar de rezos. Vecinos estaban hartos de tantos gritos y decidieron hacer de la casa de citas la casa de dios”, recuerda que decía la noticia, “y me recorrí 200 kilómetros y para ver si la historia era cierta”.
A Alicia Cano (Salto, 1982), formada en Montevideo e Italia y especialista en documentales, la historia pronto se le hizo familiar: “También en nuestra ciudad los lugares donde ir a descargar la fantasía y las pasiones se reducen a la iglesia, al fútbol y al prostíbulo, y me interesó cómo estas tres instituciones peleaban por el mismo lugar, nada menos que una casita con un techo de chapa”.
Durante un año, la realizadora investigó el tema y trabajó con los protagonistas antes de escribir la historia. “Me cautivaron los personajes y pudimos generar confianza con ellos, sin ocultar que yo iba a contar todas las voces de la historia”. Sus mejores aliadas fueron –relata– el grupo de travestis, “con las que tuve más empatía y que sabía que iban a asumir la responsabilidad del rodaje. Ninguno de los actores es profesional y son ellos mismos contando su propia vida, pero participaron intensamente en el rodaje de tres semanas”. Alicia Cano recuerda especialmente el estreno del documental en Durazno: “Se hizo una proyección en la plaza principal y fueron 3.000 personas con sus sillas. Las travestis fueron con sus mejores ropas y, en lugar de esconderse como hacen durante el día, esa noche fueron las figuras. Lo más fuerte fue cuando vino la anciana de la iglesia a disculparse con ellas, que no sabía su realidad, y en el diario local por primera vez les hicieron una entrevista”.
PILI.YOLDI