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Desde una perspectiva occidental hay situaciones que se asumen con dificultad, como la que plantea Emily Tang en su tercer largometraje, All Apologies, que ayer se proyectó en la Sección Oficial. La película arranca con un accidente que le cuesta la vida a un niño por una imprudencia del conductor del vehículo donde viaja. En su desolación el padre de la víctima intenta convencer a su mujer de tener otro hijo pero ella se acaba de hacer una ligadura de trompas, lo que redobla la ira de su marido que decide violar a la mujer del conductor exigiéndole que su familia “le debe una vida”.
Con todo, lo más sorprendente es la resignación con la que esta mujer acepta su sino: “En ella se mezclan un sentimiento de culpa por lo que ha provocado su marido, ante el que se considera obligada, y la desesperación propia de quien apenas tiene recursos y como tal acepta procrear al hijo de su violador a cambio de que éste renuncie a la indemnización por la muerte accidental de su pequeño”, explicó la directora.
No obstante, los miembros del equipo quisieron dejar claro que este tipo de conductas no son generalizadas entre la población china: “Depende mucho del contexto, en un escenario urbano o en un medio con educación y recursos económicos el conflicto que plantea la película es más difícil que se produzca, pero en la China rural las mujeres mantienen aún un fuerte grado de sumisión”, dijo Emily Tang. “La presión social también es muy importante –apuntó el protagonista Chen Taishen–. Perder a un hijo varón es un drama tremendo, de hecho lo podemos ver en la película donde no sólo el conductor del vehículo carga con la culpa del accidente sino que ésta se extrapola a toda su familia". La trascendencia que se le da al hecho de perpetuar la especie mediante la procreación de varones fue puesta de manifiesto por la directora del filme apelando al refranero popular: “En los ambientes campesinos hay muchos proverbios al respecto pero uno de los más famosos es el que viene a decir que si no tienes un hijo varón has perdido tus raíces”.
De todas maneras, Emily Tang confesó no tener claro hasta qué punto All Apologies puede ser considerada una película de denuncia: “Mi objetivo no es tanto plantear un debate sobre el tema que abordo como ofrecer un retrato de cómo es la vida en el interior de China, cuáles son las reacciones de la gente ante determinados problemas”. De ahí que, según explicó la directora, su apuesta fuera por un final abierto y hasta cierto punto ambiguo que, para el actor Chen Taishen, “refleja lo que es la vida, donde siempre se tiene la esperanza de que las cosas marchen bien pero donde es complicado sustraerse a la frustración que generan los imprevistos”.
“Sólo un amor a la vida pleno puede justificar una conducta tan excesiva como la de mi personaje”, indicó el protagonista de la cinta, logrando el asentimiento de su directora cuando afirmó que “con esta película lo que realmente estamos contando es una historia de amor y de sentimientos al límite”.
J.I.