"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Con Katayoon Shahabi, Demetrios Matheou, Radu Muntean y Diana Sánchez, Lourdes Oñederra integra el Jurado que valora este año las películas que optan al premio Kutxa- Nuevos Directores. Especialista en fonología vasca y catedrática en la Universidad del País Vasco, Oñederra se confiesa una gran amante del cine y desde ese punto de vista encara su nuevo rol dentro del Zinemaldia. “Siempre he seguido el Festival y aunque fueran solo unos días, siempre he conseguido escaparme. Se me hace muy difícil imaginarme mi vida sin el cine. Ya desde que era pequeñita y sonámbula, para irme a dormir tenían que engañarme diciéndome ea, goazen zinera, y ahora, cuando escribo, yo digo que siempre me hago películas”.
Además de docente e investigadora en su especialidad, Lourdes Oñederra es también escritora. Su premiada novela Eta emakumeari sugeak ha sido traducida al castellano, al inglés, al ruso y al italiano y es también autora de cuentos de ficción, lo que –asegura– le acerca al lenguaje cinematográfico: “Si alguien me ha leído algo, se dará cuenta de que a mí me gusta mucho el cine intimista, el cine lento, aquel tópico del cine francés, aunque luego en realidad soy bastante ecléctica y veo con gusto las películas más variadas. Lo cierto es que adoro el cine en el cine, me encanta el Trueba, y las películas en versión original, y también por eso el Festival es una maravilla”.
Esta donostiarra afronta con optimismo el trabajo de evaluar las diecisiete películas que integran la sección Nuevos Directores. “Yo me imaginaba que aquí venía a aprender, al lado de gente que es tan cercana a la industria y al mundo del cine y así lo creo, pero veo que los cinco tenemos mucho que aportar, conseguimos buena comunicación y aunque discutimos bastante, compartimos los códigos, y eso es lo fundamental”.
Personalmente, Lourdes Oñederra no oculta que su primera mirada es para el guion, la estructura narrativa del filme, pero asegura que, como jurado, “intento no perder la perspectiva de una espectadora normal y me puede gustar en conjunto algo que ni se me ocurría. Es como con los zapatos, que hay que verlos puestos. Después, en un segundo momento, también quiero ver la dirección, al autor o a la autora, y cómo me está contando esa historia, si lo está haciendo desde dentro, y en el Festival estamos viendo relatos con tanta calidad, con tanta seriedad, que no va a ser fácil elegir”.
Variedad del cine en euskera
Académica de número de Euskaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca), es obligada la referencia a la presencia del euskera en el Zinemaldia: “Es fundamental que esté en el Festival”, afirma Oñederra. “Luis Mitxelena solía decir que una de las malas señales de los malos tiempos del euskera era la ausencia de cine en nuestra lengua. Y ahora sí hay producciones propias, no traducidas. Es muy importante la lengua en la que se producen el arte y la industria. El que el euskera esté en el cine es muy bueno para el cine, pero sobre todo es muy bueno para el euskera”.
Sobre el cine vasco, Lourdes Oñederra sigue de cerca la producción en lengua vasca, pero matiza que de modo desordenado “y veo igual lo infantil, documentales o comedias. Ya hay cierta variedad y eso se muestra en el Festival, pero sobre todo pienso que lo que tenemos es algunos actores y actrices muy-muy buenos”.
PILI.YOLDI.