"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La rueda de prensa de El artista y la modelo (la última película del oscarizado Fernando Trueba) que ayer concursó en la Sección Oficial del Festival, generó un interesante debate sobre el significado de “arte”, ese concepto tan abstracto que, al final, está sujeto a la particular percepción de cada quien. Hubo definiciones para todos los gustos. La joven actriz Aida Folch (la modelo) sugirió que “el arte es una manera de embellecer la vida” mientras que Jean Rochefort (el artista) desde su veteranía defendió “el arte como necesidad ya que una civilización sin arte es una civilización abocada a la destrucción”. No obstante fue Trueba quien zanjó el debate al afirmar que “el arte no consiste en admirar los resultados de un proceso ni en hablar sobre el mismo, sino que tiene que ver con el hecho de crear, de hacer una obra”.
Esa percepción se pone de manifiesto en una película que, según su director “hablando de un artista, de lo que nos habla realmente es del hecho de crear” y que como tal está dedicada a la memoria de Máximo Trueba, hermano mayor del realizador y escultor, como el protagonista de la cinta: “Si hoy estoy aquí es por él, yo quise dedicarme al cine con la referencia de tener un hermano artista, algo que siempre me inspiró”.
Al ser preguntado sobre si este hecho aporta elementos autobiográficos al filme, Fernando Trueba manifestó que “yo creo que toda película es autobiográfica con independencia de que en ella se aborden los asuntos más alejados de uno”. En este sentido al planteársele dónde situaría entonces la frontera entre el artista y el artesano, el cineasta fue categórico: “Sólo es artista el que es artesano, no creo que pueda existir el arte sin humildad. Hoy en día en las escuelas de Bellas Artes a los alumnos les enseñan a ser genios antes que creadores, se les educa para ser Marcel Duchamp pero no para saber pintar”, afirmación ésta que provocó el asentimiento de Jean Rochefort.
Para el curtido actor francés El artista y la modelo es “un canto a la vida". Mi personaje es un hombre que se acerca a la muerte en medio de una gran incertidumbre, deprimido y sin ninguna fe en la especie humana, pero el contacto con una joven modelo le devuelve no sólo la inspiración creativa sino también el placer de vivir a través de un despertar púdico de su deseo”.
Ese despertar tiene lugar gracias a la generosidad de una mujer, su esposa Léa, que es quien le pone en contacto con la modelo con la esperanza de que este encuentro genere una renovada vitalidad en su marido. Esa mujer tiene el rostro de Claudia Cardinale, una actriz legendaria a la que Trueba ha querido homenajear en esta película: “Para mí Claudia fue el gran amor de infancia y adolescencia, además sin competencia”, manifestó el cineasta despertando las carcajadas de la actriz italiana. Este homenaje a la belleza inmortal de la Cardinale se concreta en una frase del filme cuando el personaje que interpreta le pregunta a su marido si el cuerpo de su joven modelo es más bello que el suyo cuando era joven: “No señora, cuerpos como el suyo ya no se hacen”. Es la respuesta que le da el personaje de Jean Rochefort provocando aplausos en la platea. Abrumada por tanto piropo y sin perder su sonrisa Claudia Cardinale se mostró “encantada de haber participado en un filme tan bello y de haber interpretado un personaje tan hermoso como el de Léa”.
J.I.