"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Borat Sagdiyev, el segundo periodista más famoso de Kazajistán, llegó a nuestras vidas
para enmendarles la plana a vicepresidentes y telepredicadores con sobrepeso que en los últimos tiempos se habían alzado en popes de la contra información, pero que en verdad
la traían sesgada y con recado patriótico, como de costumbre. Borat es diferente. Borat es un muchacho especial.
Aunque su primera baza era la confusión (se cuenta que la embajada de Kazajistán llegó a escribir a la HBO para pedir el cese de semejante reportero), hoy Borat es patrimonio universal y es público que tras él se oculta el judío bien humorado Sacha Baron Cohen, que en el año 2000 de Nuestro Señor creó al personaje para la televisión británica, lo exportó a la estadounidense y a continuación pasó a romper la pana del falso documental con este film donde el figura viaja a los Estados Unidos de América para desbaratar los más sólidos tabúes de nuestro tiempo.
Racismo, sexismo, homofobia, antisemitismo… En apariencia, Borat ejerce no más que una procacidad tras una insolencia tras una desfachatez, pero lo suyo es un cine político
de mucha enjundia y un enorme poder: el de la sátira feroz. Sus armas visibles son la ignorancia y la estupidez, exactamente las mismas que sus objetivos. Y su triunfo (que cuenta denuncias, vetos y prohibiciones alrededor del globo) es nuestra esperanza.
R.L.