"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Un “currela” del cine, así puede definirse a Michel Gaztambide. Más de veinte años trabajando como guionista le han convertido en una persona muy conocida dentro de la industria cinematográfica española. Fuera de ella, en cambio, pocas veces ha protagonizado las páginas de los periódicos o de las revistas especializadas. Eso era algo que quedaba reservado a los directores que dirigían sus guiones. Sin embargo, tras el estreno de No habrá paz para los malvados, su cara empezó a sonar más y su nombre se hizo más conocido. La razón, el éxito de la película en la pasada edición del Festival y, por supuesto, el Goya al Mejor Guion.
Para Gaztambide, este papel como jurado en el Zinemaldia cierra lo que ha sido un “año espectacular”. No obstante, el guionista lleva muchos años en esto y sabe cómo funciona el medio: “Hay años en los que obtienes un montón de reconocimientos pero luego las aguas vuelven a su cauce”, explica. Y cuando lo hagan, seguirá trabajando detrás de los focos que muestran la cara visible del cine.
“Primero me sorprendió y después pedí un rato para pensármelo”. Según el guionista fue el propio José Luis Rebordinos quien le propuso formar parte del Jurado. El director del Festival no obtuvo una respuesta inmediata. Dos cosas hicieron que Gaztambide dudara: “el hecho de que no me sentía capaz de estar a la altura y la incomodidad que me producía tener que juzgar a compañeros de profesión”. La balanza cayó en el lado del sí y, a día de hoy, no se arrepiente: “Lo defino como una experiencia inolvidable”.
Gaztambide nació en Francia, es de Pamplona y desde hace unos años reside en San Sebastián. Por lo tanto, el resto de miembros del Jurado han tenido la suerte de contar con un embajador de la ciudad que les está enseñando cosas fuera de la ruta habitual. “Antes del Festival no conocía a ninguno pero ahora sé que son personas que no voy a olvidar en la vida”, dice. De ellos destaca su calidad humana y humildad a pesar de sus currículos.
Por eso, tiene claro que la elección del fallo final no va a provocar tiranteces en el grupo. “Habrá discusión, sí seguro que la habrá, pero será en un ambiente cordial y en un tono enriquecedor”, asegura. Asimismo, Gaztambide informa de que su voto no tendrá más valor a la hora de otorgar el Premio al Mejor Guion. “Hemos decidido que todas las decisiones las tomaremos entre todos, yo diré mi opinión respecto al guion pero la decisión será conjunta. Me parece estupendo”, afirma.
Doble trabajo
Si de por sí el trabajo de jurado ya es lo suficientemente intenso, Gaztambide además ha tenido que participar en actividades al margen de su papel como jurado. El lunes se le pudo ver en la presentación de Baztan, película presentada en Zabaltegi y de la que es guionista. “Fue un pase precioso y el público estuvo especialmente generoso”, cuenta. Se trata de la ópera prima de Iñaki Elizalde y se estrenará en octubre.
Por otro lado, el lunes por la noche Gaztambide se convirtió en el protagonista de la Fiesta Zinemira que desde hace cuatro años lleva celebrándose en el marco del Festival. Sus compañeros de profesión decidieron otorgarle el Premio Zinemira y el guionista lo agradeció mucho: “Fue un momento bonito rodeado de amigos y conocidos”, cuenta.
Pese a que toda esta intensidad, seguro que le está pasando factura en lo que a cansancio se refiere. El guionista afirma que cuando acabe el Festival no tendrá vacaciones: “El domingo intentaremos pasar la resaca del sábado pero el lunes me toca trabajar de nuevo”, concluye.
I.B.