"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Peter Suschitzky rezuma sabiduría, no sólo en su oficio, donde pasa por ser uno de los directores de fotografía más reputados a nivel internacional, sino en sus respuestas, reflexivas a la par que ingeniosas. Colaborador fijo para muchos cineastas (entre ellos David Cronenberg con quien ha trabajado en diez largometrajes desde 1988), reconoce en la gastronomía donostiarra un delicioso elemento e distracción en su labor como jurado.
Me imagino que como director de fotografía, la factura técnica de una película será para usted, como jurado, un elemento a tener muy en cuenta.
Para nada. No me interesa una película por la calidad o no de su fotografía sino que lo que valoro son otros aspectos: un buen guion, unas buenas interpretaciones… Lo importante es que la narración y el estilo encajen. La fotografía puede mejorar una película pero no rescatarla, si es mala es mala por muy buena fotografía que tenga.
Cuando un espectador dice que una película tiene muy buena fotografía…
Malo. Si la gente dice eso no suele ser un buen síntoma, yo si fuera el director me preocuparía (risas).
¿Qué le esta pareciendo la Sección Oficial del Festival?
Heterogénea, lo cual resulta maravilloso. Hay mucha mezcla de estilos, de narrativas, propuestas muy diversas con puntos de vista diferentes. Creo que lo vamos a tener bastante difícil a la hora de decidir, va a ser todo un reto.
¿Qué otros aspectos destacaría de su estancia en la ciudad?
Me ha gustado mucho conocer a los otros miembros del Jurado, también comprobar elentusiasmo de la gente y ¡claro! la gastronomía local. La verdad es que es un peligro lo bien que se come aquí, ya que es fácil que te distraiga de tu tarea.
¿Qué nivel de complicidad diría usted que debe tener un director de fotografía con el realizador de la película?
Plena. Es un trabajo conjunto donde vas determinando qué estilo visual quieres darle a la película. Normalmente en el guion ya hay una idea, pero también es cierto que hay cineastas más indecisos que no acaban de estar seguros del estilo, y entonces mi deber es asesorarles, darles alma a sus ideas. En el fondo, el trabajo de un director de fotografía no difiere mucho del de un actor en el sentido de que un intérprete no actúa de manera muy distinta de una película a otra, mantiene un estilo interpretativo. Del mismo modo yo mantengo un estilo visual y lo adapto al proyecto.
Y esa relación de complicidad ¿cómo queda establecida con un cineasta como David Cronenberg, dueño de un universo tan particular?
Después de diez películas trabajando juntos ya casi no necesitamos ni hablar, nos entendemos con solo mirarnos. Aunque realmente casi se puede decir que desde el principio funcionamos así. Lo primero que hicimos juntos fue Dead Ringers (Inseparables, 1988) y cuando me llamó yo no conocía apenas su obra, lo cual no fue impedimento para que conectáramos de inmediato y así hasta hoy.
JAIME.IGLESIAS