"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La figura de Elvis Presley impregna el primer largometraje del argentino Armando Bo, pero en ningún momento de sus 90 minutos se le ve ni se le escucha. Elvis es Carlos Gutiérrez, que se considera una reencarnación del ídolo de Memphis y canta y vive y siente como si lo fuera.
“¿Que por qué el tema de Elvis? Es en realidad el esqueleto, la superficie, aclara el director del largometraje, porque de lo que habla la película es de la falta de personalidad, la inseguridad y el deseo de ser otra persona. Podría haber sido también El último Messi o El último Maradona. Carlos realmente se lo cree y arma su pequeña vida en una realidad de mentira, un poco lo que todos terminamos haciendo: protegiendo nuestros micromundos y siendo muchas veces alguien que no somos”.
Armando Bo (Buenos Aires, 1978) tiene una sólida trayectoria profesional como director publicitario, actividad en la que ha ganado más de 50 premios internacionales y que ejerce a través de su productora Rebolucion, creada en 2005. “Yo no tuve otro remedio que hacer cine, porque mi familia lleva cuatro generaciones en esto, desde mi bisabuelo productor, mi abuelo director, mi padre actor y productor. Yo quise ser doctor y no pude, así que me dediqué a esto”.
En su faceta de guionista, Bo envió el guion de este largo a Alejandro González Iñárritu y ahí comenzó su colaboración. Escribieron juntos el guion de Biutiful (2009) y ahora preparan otro proyecto que comenzará su rodaje en breve. El propio Iñárritu es también productor asociado en El último Elvis.
La elección del protagonista fue muy determinante en el rumbo que tomó la película. Según relata su realizador, “iba a ser hecha con un actor muy importante y el coach que le entrenaba era John Mc Inerny. Un par de meses antes de filmar, el actor se descolgó del proyecto, le hice a John una prueba de cámara y no podía creer lo que estaba viendo ¡qué diamante tenía escondido ahí! Y así fue como la película encontró su propio actor y cobró un valor artístico, una credibilidad y una personalidad especial, un personaje que encima canta, y canta igual o mejor que Elvis”. En la vida real, cuenta Armando Bo, John Mc Inerny es un arquitecto de Río de la Plata que lidera una banda de tributo a Elvis Presley “y es un fanático de la música, pero no es el doble de Elvis, sino que vive una cercanía musical con él muy importante”.
P.Y.