El brasileño Sandro Fiorin es un profesional de la distribución cinematográfica y un buen
conocedor del Festival. En las diferentes ediciones a las que ha asistido ha apoyado proyectos de Cine en Construcción, ha participado con películas y ha representado siempre a FiGa Films, la empresa que creó en 2006 para descubrir y distribuir cine latinoamericano en Norteamérica.
“Es mi quinta vez en San Sebastián, y siempre tenemos una o dos películas en diferentes
áreas, así que estamos muy cercanos al Festival, le hemos visto crecer. Especialmente en los últimos años, el cambio es muy positivo y muy conectado con lo que está pasado en el cine de América Latina”.
Usted y sus compañeros del Jurado de Horizontes Latinos tienen sobre la mesa doce películas: ocho óperas primas y cuatro de realizadores más versados ¿Cuál es su impresión sobre la selección?
Es fantástica. Yo estaba muy contento cuando me invitaron a participar como jurado pero
después, al ver los títulos, me pareció excelente. Ya conozco algunas de las doce películas y la calidad es altísima, todos son cineastas muy interesantes, muy diferentes, y cada uno con algo nuevo e importante que decir.
Cuatro películas mexicanas, tres argentinas, dos colombianas, una uruguaya, una chilena y una brasileña. ¿La selección es significativa?
Sí, es de verdad un buen reflejo de lo que pasa en todos losotros festivales. Observo que
las de Brasil se ven, pero no viajan tanto como las otras películas latinas, no sé si por la lengua o porque hablan de cosas muy particulares de Brasil. La realidad es que con el mercado interno que hay, los productores no están tan preocupados porque las pelis tengan éxito fuera, porque adentro están yendo muy bien.
En el Zinemaldia también está presente el cine brasileño contemporáneo con el Festival 4 +1 y sus responsables subrayaron el cambio que vive allí la creación cinematográfica.
Es que el cine brasileño ha cambiado y crecido muchísimo después de aquella época de
los años 80. La situación económica ha mejorado mucho y, desde primeros de los noventa, con Cardoso se impulsó una política de incentivos a la cultura. El gobierno decidió que las grandes empresas como Petrobras y el Banco de Desarrollo invirtieran en cultura, y mucha parte de esa inversión va para el cine, así que hay mucha plata para producción ahora. Además se impulsaron las escuelas de cine. Antes solo había dos, la de Río y la de Sao Paulo, y ahora están por todo el país; hay mucho cine de todos los lados, mucha producción al norte, al sur, muy diferente, muy interesante y con una diversidad fabulosa.
La temática tampoco es ya la misma del tiempo de La ciudad de Dios o Estación Central
de Brasil, que tuvieron mucho éxito y marcaron el cine brasileño, pero que reflejan una realidad particular que no es la que representa a todo el país. A los cineastas jóvenes ya no les interesa hablar de eso: sí reflejar los conflictos sociales, claro, pero esa temática solo de pobreza y favelas ya no.
Usted y sus socios crearon FiGa Films en 2006 y con ella están viendo la evolución de la distribución del cine Latinoamericano. ¿Cuál es la situación actual?
Ya desde hace 25 años, cuando yo salí de Río para Nueva York, las cosas siempre fueron difíciles para el cine que queremos hacer. Cuando fundamos la compañía ya lo sabíamos, pero yo estoy feliz con el progreso. El éxito de FiGa Films depende del éxito del cine latinoamericano y estamos creciendo junto con él. Ese progreso de los años anteriores no fue solo en Brasil, sino por todo el continente , y hoy hay buen cine en muchos países , en Ecuador, en América Central, y existe una gran afición. Se hacen muchas cosas buenísimas, tantas películas interesantes que ahora lo difícil para nosotros es seleccionar entre tantas opciones. Hay cientos y nosotros solo trabajamos ocho por año.
¿Cuál es el cine que más les interesa?
Ahora trabajamos también con cine europeo, de Asia y de África. El foco continúa siendo el nuevo cine latinoamericano pero seleccionamos más por el tipo de cine que nos gusta, que por su procedencia. Buscamos que sea de vanguardia, original, que cuente algo nuevo, que emocione. También nos encanta dar oportunidad a nuevos directores, pero sin estar cerrados y con todas esas opciones bien abiertas. Mantener el nivel de calidad es el gran desafío.
P.Y.