"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
S.O.S. Summer Of Sam (Nadie está a salvo de Sam) (1999) constituye una de esas incursiones imprevistas de Spike Lee en temas que nadie espera que trate, como lo son igualmente La última noche (2002) y Plan oculto (2006), sus otras dos aproximaciones al noir contemporáneo. Condenado por el público, la crítica y su propia idiosincrasia a ser el portavoz de la comunidad afroamericana desde Nola Darling (1986), su primer largometraje, el auteur negro por excelencia se desmarcó con este filme sorprendente basado en hechos reales: la historia de David Berkowitz, un asesino en serie apodado “El hijo de Sam” que sembró el pánico en el Bronx en el verano de 1977, se utiliza como excusa para elaborar un penetrante retrato de los jóvenes italoamericanos de la época de la música disco. Lee abandona, por un lado, su entorno favorito, el Brooklyn actual, para adentrarse en un contexto y una época nuevas para él y, por otro lado, se desentiende de los problemas de los afroamericanos para centrarse en una colectividad que ya había abordado de manera más superficial en Haz lo que debas (1989). Sin embargo, en este caso, los conflictos raciales no son el leitmotiv de la cinta; lo son los efectos que la paranoia y el miedo tuvieron sobre los habitantes de su querida Nueva York, cuestión que constituye asimismo el núcleo narrativo de La última noche, otro de los grandes homenajes del realizador a la ciudad que nunca duerme.
Por tanto, no hay que ver la película que nos ocupa como un hecho aislado en la filmografía del director de Malcom X (1992), sino más bien como una exploración de temas y motivos recurrentes desde una óptica diferente. Tampoco hay que considerarla como un thriller nostálgico: la estética retro se utiliza para crear la ambientación requerida, con un
papel primordial de las canciones de la década de 1970 en la banda sonora, pero el estilo es similar al realismo con toques pop de Camellos/Clockers (1995).De hecho, S.O.S. Summer Of Sam (Nadie está a salvo de Sam) debe más al Martin Scorsese de Uno de los nuestros (1990) que al de Taxi Driver (1976). No obstante, el tratamiento visual de la violencia sí se aleja de la estilización que domina su representación en el trabajo de los años noventa de otros creadores como Quentin Tarantino, para recuperar la maniera sórdida y descarnada que caracterizó las producciones del Nuevo Hollywood, maniera que está muy presente en el proyecto que Spike Lee apadrinó en esos años como productor ejecutivo, New Jersey Drive (Nick Gomez, 1995), y que se ha proyectado también en este ciclo.
JARA FERNÁNDEZ