"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Lucía Casani (Madrid, 1978) se incorporó a La Casa Encendida en sus inicios, 2002, para poner en marcha el departamento de audiovisuales. En 2009 pasó a ser coordinadora del área de cultura, asumiendo la programación conjunta de las distintas áreas que abarca el
centro: artes escénicas, visuales, cine y otras manifestaciones de la creación contemporánea.“Fue un cambio progresivo. Empecé muy joven, muy vinculada al programa de La Casa Encendida. Somos un equipo pequeño y siempre hemos trabajado muy de cerca”.
En sus diez años de existencia, este centro de cultura contemporánea dependiente de la Obra Social de Caja Madrid se ha hecho un importante hueco en la ciudad gracias a una programación que apoya a jóvenes creadores y donde prima lo contemporáneo”. La otra línea que trabajamos es la de los “padres” de lo contemporáneo.Pensamos que era importante mirar hacia atrás para entender lo actual”. La labor realizada por el centro como plataforma de visibilización de un cine más minoritario y más difícil de acceder ha sido reconocida por el sector. “Resultó muy interesante ser parte del nacimiento de este centro y de la puesta en marcha de sus contenidos”. Tras analizar la situación en Madrid, encontraron pocas salas alternativas al circuito comercial.“La filmoteca tenía una interesante programación, pero de cine más histórico”.Sin las restricciones de tener que pensar en la rentabilidad de la sala, pusieron en marcha una programación que contemplaba títulos sin distribución en España, cortometrajes, cine experimental y videoarte.
Rol didáctico de la institución Como institución, hemos intentado cumplir desde sus inicios un rol más didáctico, el de abrir nuevas vías de conocimiento y mostrar otro tipo de cine. En la actualidad, la sala de 70 butacas con la que cuenta el centro se ha visto resentida con la llegada de plataformas digitales como Filmin y Mubi, y los consecuentes cambios de hábitos en el consumo de cine. “Estamos un poco preocupados. De hecho, se está produciendo un cambio y estamos intentando adaptarnos”.
Gran defensora del cine, Lucía Casani encuentra problemática la pérdida de concentración
con los nuevos formatos. “A pesar de que consumo cine en casa, la experiencia no tiene nada que ver. La sala de cine te da el espacio para que puedas estar concentrado. El problema de los nuevos formatos, ya no solo en cine, sino del mundo contemporáneo, es la falta de concentración”. La sala permitía ese espacio, dejar atrás esos problemas, durante esas dos horas no puedes moverte de la butaca.
La pasión por el cine le viene desde pequeña, a través del vínculo de su familia con el mundo de la cultura. Licenciada en Comunicación Audiovisual, la joven madrileña participó en varios rodajes como La pistola de mi hermano, de Ray Loriga; Lucía y el sexo, de Julio Medem; y Guerreros, de Daniel Calparsoro. “Mi idea cuando empecé en la universidad
era ser directora de cine”, comenta.
Tiene claro que si volviese al mundo de la producción, lo haría con un proyecto propio. Por
el momento, canaliza su creatividad mediante la programación cultural.
Encantada de formar parte del Jurado de Nuevos Directores (“es un regalo”, dice), está aprovechando para ver cine más allá de los títulos que tiene que valorar. No siente predilección por ningún género. “Al cine le pido sinceridad”, apunta, “plantear preguntas, más que dar las respuestas”.
ANE RODRÍGUEZ