"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La obra de Jacques Demy visita este año el Zinemaldia. Demy (Pontchâteau, 1931– París, 1990) es conocido por pocas personas pero sus títulos resultan familiares para muchos:
Los paraguas de Cherburgo (1964) o Las señoritas de Rochefort (1967).Es un Demy a veces ‘mal conocido’, identificado exclusivamente con el género musical o con la estética naíf.Pero como reivindica su esposa Agnès Varda, “Jacques no estaba obsesionado con hacer solo películas musicales, también rodó Lola o La bahía de los ángeles, y era una persona muy anclada a la realidad social que incluyó sucesos verídicos en sus filmes, como la huelga de astilleros en Nantes que aparece en Una habitación en la ciudad”.
La retrospectiva incluye todos los largometrajes de Demy, además de varios de sus cortos. Y también reúne tres documentales de su esposa que ayudan a conocer mejor su figura y su filmografía. Auno de ellos,Jacquot de Nantes, se ha referido con especial cariño Varda, que ha venido a Donostia acompañada por sus hijos: el actor Mathiew Demy, cuya ópera prima como director, Americano, compite este año en la Sección Oficial; y su hija Rosalie Varda-Demy. La esposa de Demy cuenta que su marido comenzó a escribir textos sobre su infancia cuando ya estaba enfermo y cómo, tras compartirlos con ella, decidieron hacer el filme y que Varda lo dirigiera. “Teníamos que avanzar rápido -explica Varda- porque Jacques estaba muy enfermo; al final, pudo estar en el casting y en el rodaje y, a los pocos días de terminarlo, murió. Es un recuerdo muy especial para nosotros”.
La familia al completo ha participado en la preparación de la retrospectiva, aportando material profesional y personal para la elaboración del libro que se edita como complemento al ciclo. En él se realiza un análisis completo de las obras de Demy, profundizando en su figura y la influencia que tuvo en los realizadores posteriores.
En la rueda de prensa de presentación del libro, los hijos de Agnès Varda han compartido sus vivencias junto al cineasta. Han contado cómo los fines de semana y en vacaciones Jacques hacía sesiones de cine en casa. “Jacques era una persona de pocas palabras pero transmitía una gran energía y emoción a su trabajo, y por eso, que nos enseñase sus películas era una forma de mostrarnos cómo era él y cómo veía el mundo”, ha explicado su hijo Mathiew. Rosalie Varda- Demy ha subrayado, por su parte, la importancia que tuvo para ella acudir a los rodajes de Demy cuando era pequeña: “Era como estar dentro de un cuento de hadas porque en sus películas había elementos que para una niña resultan casi mágicos, como la música, los colores y los bailarines”.
I.O.