"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Los estudiantes de cine recibieron ayer, entre proyección y proyección, las visitas de cuatro profesionales del cine de reconocida trayectoria. Un actor, dos directores y un crítico de cine conversaron con ellos sobre sus oficios y los retos del sector.
El actor
Juan Diego Boto, actor desde los cinco años, contó que no hay nada que le guste más que actuar, salvo, a veces, escribir y dirigir teatro. Boto explicó que la interpretación es “un trabajo más irracional y emocional que la dirección, donde el actor se pone al servicio de la historia que quieren contar el guionista y el director”. Aun así, dijo que es imprescindible
que el actor tenga en su cabeza la imagen completa porque, de lo contrario, “le será imposible saber qué hacer con las piezas sueltas, las secuencias de ese puzle que es el filme”.
Los directores
El realizador mexicano Arturo Ripstein calificó de inevitable el paso del filme al digital. Explicó que en países como México, donde la financiación es un gran problema,“ el digital es la diferencia entre filmar o no”. Además, subrayó que grabar con vídeo te da la certeza de que “esa no será tu última película porque el rodaje es reducido, pequeño e íntimo”, y bromeó sobre la presión que supone hacer una película fotográfica: “Sabes que será tu último filme y necesariamente tiene que ser una obra maestra, que es un género complicadísimo”. A la pregunta de si hay que tener en cuenta al público, Ripstein contestó divertido que “el público es un ente abstracto que sabes que puede existir, pero la ventaja de ser cineasta periférico es que no te debes a tu público porque no lo tienes”.
Por su parte, el guionista y director Guillermo Arriaga subrayó la importancia del equipo a la hora de realizar una película. Arriaga insistió también en que no hay un método para escribir historias y contarlas: “En contra de lo que dicen los manuales, cuando escribo ni sé cuál es el final, ni defino un argumento, ni investigo, ni sé nada de mis personajes.
Me baso en experiencias personales que la imaginación completa y convierte en ficción”.
El crítico
Quim Casas, crítico cinematográfico, señaló que lo más importante que debe tener un crítico es la curiosidad y la responsabilidad. Según Casas,“si pierdes la curiosidad por descubrir directores, estilos, géneros y tendencias, no sirves para esto”. Explicó que la crítica puede colaborar en la promoción de un filme, pero que también puede hundirlo. Por ello, exigió “responsabilidad” frente al “comentario facilón y ligero” tanto en medios especializados como generalistas, que son los que más cerca están del público.
I.O.