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Con guion de los hermanos Ana y Daniel Katz,esta película trata sobre los vínculos
fraternales en la edad adulta, relaciones que se vuelven complejas y deben ser nuevamente construidas.Así explicó la directora Ana Katz la historia que hay detrás de los hermanos Marziano, y en especial de la relación entre Luis (Arturo Puig) y Juan (Guillermo Francella), así como la dificultad que tienen para poder entenderse.
“Escribí este guion junto a mi hermano. Fue un trabajo de muchísimo amor y respeto por los personajes, porque me parecía que el vínculo de hermandad que había entre ellos en la edad adulta era complejo”, declaró Ana Katz.
La historia transcurre en una urbanización privada (country) en la que “la paz y el sosiego no siempre se pueden garantizar. En muchos casos, es imposible porque viven personas y todo no puede ser perfecto”, explicó la directora, quien añadió que el origen de la historia es real: En una urbanización de este tipo, en la que vivía una persona conocida suya, aparecían pequeños electrodomésticos enterrados en la tierra.
Juan, en palabras del propio Guillermo Francella, es un colgado, un bohemio, cuya situación preocupa más a su familia que a él mismo.“Desde el punto de vista interpretativo, encontrar el equilibrio entre estar viviendo en una nube y tener la profundidad de ese personaje fue un proceso muy interesante, intenso, divertidoy, al mismo tiempo, traumático, pero muy placentero”, explicó Guillermo Francella.
Arturo Puig, por su parte, indicó que, dado que es hijo único, le costó construir su personaje. “No conozco el sentimiento de tener un hermano, porlo que tuve que investigar con amigos, con Ana, con Guillermo …, e ir armando el personaje como un mecano”, indicó.
Esta es la primera película en la que Ana Katz no actúa, mientras sí lo hace Daniel Hendler. “Siempre pienso en la posibilidad de trabajar con él. Más allá de que sea mi pareja, lo considero un muy buen actor, me encanta cómo trabaja… Hay veces que deseo que otros actores que admiro colaboren conmigo”, dijo con una sonrisa.
Para la banda sonora, Ana Katz ha contado con la aportación de Chango -uno de los pilares fundamentales de la renovación del folclore argentino-. Tal y como explicaron los responsables de la película, “musicalizar la primera escena fue todo un desafío y Chango aportó este tema que encontramos el más adecuado”.
El productor Matías Mosteirin, por su parte, indicó que desde el primer momento soñaron con estar en el Festival de San Sebastián, por lo que se mostró muy agradecido porque su película haya sido seleccionada para esta edición. Sobre su paso por el Festival de Donostia, Katz indicó que “es muy emocionante volver aquí”.
L.C.