"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
No es muy conocida en estos lares la obra del realizador portugués João Canijo, a pesar de que tiene ya una amplia carrera como director, además de haber sido ayudante de dirección de Manoel de Oliveira, Alain Tanner o Wim Wenders. Sangue do meu sangue presenta las relaciones de una serie de personajes de barrio, partiendo de una madre que vive con su hermana y con una hija que se ha enamorado de un hombre casado.
En esta ocasión, el cineasta portugués nos lleva a Lisboa, a un barrio marginal situado en la misma ciudad, y nos demuestra que el amor incondicional -el de una madre por su sus hijos- puede sobrevivir a la dureza de los suburbios. “La única cosa que cualquiera de nosotros quiere en la vida es ser amado.Queremos amor incondicional, sin dar ni recibir
explicaciones”, sentencia su director, y añade “el amor más profundo es el que no necesita
razones para existir”.
Las situaciones que Canijo aborda en sus películas se inscriben en la observación de la realidad portuguesa, “inmersa en la crisis en estos momentos y que he intentado retratar a través de esta familia –explica el realizador–, ya que para dar fe de una realidad no es necesario enseñar todo para que algo quede”. Sangue do meu sangue no es un objeto único, sino un conjunto audiovisual. Existe un documental, ‘Trabalho de Actriz, Trabalho
de Actor’, que no es un ma-king of al uso, sino una película sobre el modo en el que los intérpretes fueron comprendiendo y construyendo sus personajes, elaborando el argumento junto con el director: “Es un documental que muestra todo el proceso de creación de la película y que servirá de material pedagógico para las escuelas de cine”, asegura Canijo.
De hecho, Canijo llegó incluso a pensar en hacer dos películas distintas, con escenas comunes, pero finalmente decidió realizar una única pieza, donde destaca sobre todo la fuerza de los personajes femeninos. Según su director, “si quieres exprimir al máximo las posibilidades de un actor no puedes imponerle pautas de interpretación. Durante el proceso de creación de los personajes, me limito a elegir lo que me interesa de lo que me dan los actores”.
Con mano de maestro, el director hace deambular a la cámara en el exiguo espacio de la casa, llegando incluso algunas veces a colocar dos escenas diferentes en un mismo plano.
S.B.