"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Nicolas Provost ha venido a San Sebastián con un doble objetivo. Por un lado, ha presentado su primer largometraje, L’envahisseur, en Zabaltegi-Perlas y, por otro, tomará hoy posesión de su cargo como presidente del Jurado del X Encuentro Internacional de Estudiantes de Cine. Belga de nacimiento (Ronse, 1969), es un artista audiovisual que ha realizado varios cortos y mediometrajes de ficción, aunque aclara que él es un artista visual y no un director de cine: “No veo la diferencia entre hacer una película de ficción o un corto de un minuto; siempre me hago la misma pregunta: con qué lenguaje sorprender hoy a la audiencia y cómo mantener su atención hasta el final. La única diferencia es que tengo que hacer un guion de más minutos”.
La primera vez que visitó San Sebastián, hace tres años, lo hizo para la proyección de uno de sus trabajos en Tabakalera, dentro del programa “Labo” que acogía la vieja fábrica de tabaco y en el que se mostraron algunos de los cortos del Festival de Cine de Clermont-Ferrand.
Provost cuenta que su interés por el arte y el cine tiene su origen en que se ha nutrido de la historia del cine y la televisión desde pequeño: “Todo lo que me inspira viene de aquello que me hacía soñar cuando era niño, y desde entonces, yo sabía que iba a ser artista”. Se graduó en la Royal Academy of Fine Arts en Gante (Bélgica), aunque pasó los dos últimos años de estudio en Noruega como estudiante de intercambio, experimentando con video. Trabajó durante ocho años en Oslo como ilustrador, diseñador gráfico y director artístico, y ahora muestra su obra audiovisual por todo el mundo.
El artista Belga confiesa que hacer una película larga de ficción estuvo siempre en sus planes pero decidió tomarse el tiempo necesario hasta que llegara el momento. “Es necesario tener algo que decir y prefería primero hacer un viaje como artista visual, descubrir cuál era la historia que quería contar y desarrollar la poesía de las imágenes con las que quería trabajar”. Se muestra satisfecho con su primer largometraje y asegura que no ha querido hacer “otro retrato sentimental de la inmigración”. Ese no es el cine que él quiere hacer. “Tampoco quiero hacer arte político, no me interesa. Lo que sí me pareció interesante fue utilizar ese fenómeno como telón de fondo de la historia de un antihéroe”, cuenta el autor. Se trata, según Provost, de la historia de un hombre intentando encontrar su lugar en el mundo, y cuando todo va mal se convierte en un monstruo; en el monstruo
que precisamente nosotros proyectamos sobre los inmigrantes”.
En cuanto a su papel como presidente del Encuentro de Estudiantes de Cine, dice estar “ansioso” de ver las películas que van a presentar los estudiantes. Considera que también para ellos, para los futuros realizadores, “es muy importante ver muchas películas, porque hay infinidad de lenguajes fílmicos y no hay uno en concreto que sea el bueno”. Recuerda que el cine es “un medio muy complejo que lleva ahí más de cien años”, pero que aun así se sigue filosofando sobre él. Asimismo, dice que tratará de hacerles comprender que, para un cineasta o un artista, es muy importante tener una visión global del mundo: “Tienes que tratar de entenderlo con todos sus elementos e intentar hacer poesía con ellos”.
ITZIAR OTEGUI