"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El encuentro entre el policía Vincent y el delincuente Neil en Heat (1995) supone también la reunión de Al Pacino y Robert DeNiro, que por fin compartían escena. La secuencia trascurre en plano/contra plano, así que sus rostros no están nunca en el mismo cuadro: cuando uno está de cara, al otro solo se le ve el cogote. Los primeros contactos entre los personajes se establecen a través de una fractura: Vincent observa la imagen de Neil a través de un monitor de vigilancia, Neil identifica a Vincent después de fotografiarle. La distancia entre los personajes queda definida por el plano/ contraplano (un recurso que vincula en el montaje pero que separa en el cuadro) y por la necesidad de una imagen intermediaria (el monitor de vigilancia, la fotografía).
Del plano/contra plano de Heat,Mann pasó a unir a sus personajes en un mismo plano. Sin el digital, no lo habría logrado. En Collateral (2004), trabaja con una profundidad que el celuloide no permite, pues suele desenfocar o bien el fondo o bien el primer término.Con el digital,Mann aúna a los personajes con la ciudad de Los Angeles, siempre visible a través de las ventanillas del coche.
El discurso de Heat y de Collateral se puede resumir en sendas líneas: “No te ates a nada
que no puedas dejar en treinta segundos si sientes el calor de la policía”, dice Neil en Heat; “un hombre muere en un vagón, el metro sigue circulando y nadie se da cuenta”, cuenta Vincent (Tom Cruise) en Collateral.Al final de cada película, los dos villanos deberán rendir cuentas con aquello que han dicho. En ambas frases se lee la misma idea: la soledad.
Director de contundentes escenas de acción –el tiroteo en plena discoteca de Corrupción
en Miami (2006), el atraco inicial y reposado de Heat–, Mann se sirve de la nocturnidad para crear también momentos de lirismo. Es el trayecto desde el aeropuerto a la ciudad en Collateral, con iluminación urbana y el sonido de la sedosa “Hands of Time” de Groove Armada.Es el primer beso entre Neil y su chica, sobre las vistas de Los Angeles en Heat. El noir también solía ser esto: una etiqueta estética, la oscuridad, un poso melancólico, personajes desgarrados.
Con un vasto catálogo de personajes, Heat representa un coloso del noir. Collateral es una pieza de cámara: transcurre en una noche y sus personajes se pueden contar con los dedos de una mano. En Collateral, el cielo es sepia y el movimiento de los cuerpos en acción dejan un halo tras de sí. La noche es gris, igual que el traje y el cabello plateado de Tom Cruise.Con Collateral, el film noir dejó de ser noir para ser gris; dejó de construirse sobre los contrastes del negro y del celuloide y se adentró en el universo del digital.
VIOLETA KOVACSICS