"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Desde el título de su ópera prima, Jacques Demy rendía homenaje a todas las Lolas que en el cine han sido, desde El ángel azul de Josef von Sternberg a la Lola Montes de Max Ophüls, director a quien está dedicada la película. La Lola de Demy, una Anouk Aimée capaz de superar en hermosura a todas sus antecesoras, es una cabaretera que no puede olvidar al primer amor de su vida, a quien sigue esperando. En Lola (1961) ya se encuentran los principales rasgos identificativos de la obra del director de Los paraguas de Cherburgo: la admiración por la cultura norteamericana, la naturaleza esquiva del amor como temática principal, la reivindicación, a pesar de todo, de cierta “joie de vivre”, la capacidad de exprimir toda la belleza de las cosas, ciudades y personas que encuadraba...Al mismo tiempo, este es también su filme que mejor se inscribe en la Nouvelle Vague. Con la inconfundible fotografía en blanco y negro de Raoul Coutard,Demy filma ese Nantes del que todo el mundo quiere huir con cadencia jazzística, mientras los protagonistas se encuentran y desencuentran al gusto de un azar muy rohmeriano. Y cuando Roland resume su jornada a Lola afirmando que “he perdido el trabajo, he visto una película y me he encontrado contigo”, una podría estar escuchando a Antoine Doinel.En Lola todo el mundo ama a una persona que a su vez quiere a otro, en un desesperante círculo vicioso que solo la vital confianza de la protagonista podrá llegar a romper.
Ocho años más tarde, Lola vuelve a aparecer en el cine de Demy. Esta vez en Estudio de
modelos (1969), la única incursión estadounidense de un cineasta que convirtió el homenaje al cine musical de Hollywood en una de sus marcas de fábrica. La antigua bailarina es ahora una mujer divorciada que trabaja como modelo fotográfica en Los Ángeles a fin de reunir el dinero necesario para volver a Francia con su hijo. Su belleza fascina a George, un arquitecto ocioso que, como Roland, se dedica a flanear por la ciudad en un flamante MG verde que no se puede permitir. Demy filma una América marcada por el desencanto (los ecos de la guerra del Vietnam resuenan desde el fuera de campo), donde los protagonistas ven agotarse sus sueños entre los últimos destellos de colores de la alucinación hippie.Pocos cineastas (otro europeo, Michelangelo Antonioni, entre ellos) han retratado Los Ángeles desde una perspectiva tan atractiva y alejada de los estereotipos como Demy. En esta ciudad, Lola ha perdido definitivamente la fe de reencontrar el romanticismo del primer amor, mientras George sueña con la posibilidad de volver a empezar.
EULÁLIA IGLESIAS