"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El director bilbaíno Enrique Urbizu transmite en No habrá paz para los malvados una sensación de amenaza continua, de “hemos salvado al mundo, pero para un ratito”.Aseguró ayer, durante la presentación, que le gusta hacer cine de género y, en este caso concreto, “con vocación de producir desazón y angustia en el espectador. Quería provocar un cierto clima de incertidumbre”. Los paisajes de la película “aluden sutilmente a la memoria colectiva de los escenarios del 11S y del 11M”, pero no se centra en ellos,“aunque te plantea ciertas preguntas sobre qué hacemos mal para que ocurran algunas cosas. El cómo, el por qué y qué falla, forman parte de la película, como una reflexión del mundo caótico en el que vivimos”.
La inspiración para crear al protagonista, el policía corrupto Santos Trinidad, la encontró cerca: “La realidad del país, de unos años a esta parte,te permite trabajar con seres tan extremos como él”.Cuando hace cuatro años propuso al actor José Coronado este papel, le describió su personaje como “lo peor, un individuo absolutamente derrotado, abandonado, sin autoestima, sin razón para seguir adelante y con mucho dolor”.
Sin perder tiempo, Coronado fue “construyendo el personaje a lo largo de estos años, trabajando la dejadez de ese villano, que no tiene nada de héroe. Llevo muchos ‘polis’ en el cuerpo en mis 25 años de profesión. He estado en interrogatorios y redadas reales, pero nunca me he encontrado con este monstruo. Para cualquier actor, es el personaje soñado, lo contrario de lo que se espera de ti”. El actor madrileño describió la película como “thriller puro y duro, moderno, con todos los ingredientes que necesita el género y con mucho músculo.A diferencia de las películas americanas, que te lo dan todo masticado, aquí se respeta la inteligencia del espectador”.
Precisamente sobre la posible influencia del cine americano en su cinta, el director Enrique Urbizu aseguró que le resultaría doloroso prescindir del thriller europeo, o del cine policíaco italiano de los años 60: “Tengo la horquilla cada vez más abierta. La patria de un cineasta es su lenguaje, y me siento cineasta vasco, español, americano y también japonés,cuando veo a Ozu”.
Elena Miquel calificó de “reto impresionante” su papel de jueza en el filme,aunque “Urbizu tiene las cosas muy claras y eso es fundamental para facilitar el trabajo”. Yo me he tirado al barranco con él, y estoy encantada”.
La complicidad entre todo el equipo quedó en evidencia durante la presentación de No habrá
paz para los malvados, cuando el resto de actores y productores mostraron también su disposición “a tirarse por un barranco”, con Enrique Urbizu.
A.D.