"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El director chileno Cristián Jiménez (Valdivia, 1975) trae a Donostia una película intimista sobre el transcurrir de la vida y el recuerdo de un amor que, como un bonsái, no crece. “Es una película que habla del paso del tiempo, de ese espacio mental entre ser una persona joven y una persona adulta; de aprender a vivir y revivir los primeros amores al llegar a la treintena, cuando se empieza de alguna forma a construir en serio la propia narrativa personal”.
Con ritmo pausado y continuos flashbacks, Bonsái narra la historia de un escritor que finge transcribir la novela de otro, pero en realidad está construyendo el relato de su propia vida. Enamorado en los años de la facultad de su compañera Emilia, Julio vive centrado en el recuerdo de ese amor que no llegó a crecer ni a durar muchos años. “Lo que yo quería era mostrar esa tensión entre la vida misma, lo que reflexionamos y lo que finalmente relatamos”, explica.
Jiménez subraya que su tema es “la relación entre ficción y realidad, entre la vida y las palabras”, partiendo de una novela, la premiada obra del mismo título del también chileno Alejandro Zambra, pero reconoce que hay mucho de autobiográfico en el guion, porque “yo a los veinte años también soñaba con ser escritor”.De hecho, la literatura está muy presente en la cinta, tanto en el grafismo como en la estructura en capítulos y en el conjunto del guion, donde los libros están presentes continuamente, en textos, fragmentos, decorados y escenarios.
El realizador chileno destaca especialmente el trabajo del actor Diego Noguera, cuyo personaje lleva el peso fundamental de la cinta.
La película logró este año el premio de Cine en Construcción de los Rencontres Cinéma d’Amerique Latine de Toulose, y fue estrenada en mayo en el Festival de Cannes. Posteriormente ha sido presentada en Múnich, en Colorado y recientemente en Toronto, y las perspectivas son muy buenas en su presentación en España, donde ya tiene distribuidor.
Cristián Jiménez ya presentó en el Zinemaldia de 2009 su primer largometraje, Ilusiones ópticas, construido con varias historias encadenadas en el invierno de Valdivia. “Con ella aprendimos”, recuerda Jiménez, “aunque era una película mucho más social e intelectual que
esta, donde realmente ponemos el acento en la intimidad y en las emociones”.
P. Y.