"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Fueron los sociólogos los que descubrieron hace mucho tiempo que el incesto es la única conducta que todas las culturas rechazan por definición, que todo lo demás es un territorio abierto marcado por pautas de conducta milenarias,mezcla de tradiciones, entornos culturales e instinto de supervivencia. Pero ¿cuáles son los límites que no se deben cruzar? ¿Son universales, o son particulares? Es decir, ¿existe algo parecido a un código mínimo, a una cartilla con normas de comportamiento universales? ¿Hasta dónde puede llegar el ser humano cuando supera esos filtros impuestos por el entorno? Es evidente que las respuestas a estas preguntas varían según las diferentes culturas, en una sociedad u otra, y que pueden ser diferentes entre clases o estamentos sociales dentro de la misma estructura social, pero, ¿cómo definir el engaño con el que se castiga a un anciano haciéndose pasar por su hijo desaparecido hace mucho tiempo solamente por el puro placer de hacerle sufrir?
La película de Simon Arthur Silver Tongues, basada en un cortometraje anterior de similar
temática y mismo nombre, explora la relación entre la conducta personal y las consecuencias de los actos de esa conducta. Una pareja, con mucha astucia y una enorme capacidad de sugestión verbal —Silver Tongues es una expresión inglesa que puede traducirse por “tener un pico de oro”—, consigue llevar a cabo toda una serie de acciones fraudulentas sin otro fin aparente que el engaño en sí: convencen a una joven pareja para mantener relaciones sexuales con la falsa promesa de un proyecto a cuatro; cambian de ciudad para presentarse ante una congregación religiosa con el objetivo de convencer a los feligreses de que han sido estafados por su líder; desembarcan en un hogar de ancianos para hacer creer a un viejo senil que en realidad son sus hijos a los que no ve hace tiempo.
Cada engaño es una vuelta de tuerca al afán por descubrir hasta dónde pueden llegar, al deseo por revelar el límite. Entretanto, la excitación de la pareja sube de tono, tanto psicológico como sexual,hasta que pone en peligro su propia convivencia. La cinta fue presentada el pasado enero en el festival de cine independiente de Slamdance, en Estados Unidos, y logró el Premio del Público. El director dijo entonces que su experiencia como vigilante de prisiones le había ayudado a desarrollar la psicología retorcida de los personajes para hacer más creíble su juego oscuro.
A.B.