"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Pura filosofía de cantera: el Zinemaldia necesita sangre fresca, que no es lo mismo que sangre fácil. Savia joven de e sa que aunque tenga la cartera hecha un asco y el c ontrato de trabajo de cualquier manera menos blindado, sea capaz de asumir los riesgos, los vértigos, los abismos a los que con la cámara al hombro, digital, HD o de móvil, se as oman, desde todos los distritos del festi, creadores de su edad y su filosofía vital. De ahí que , gracias a Gaztekutxa, las entradas puedan llegar a costar hasta un solo euraco (las subtituladas en euskera). De ahí,que a los más pequeñajos ( esos yonquis de Bob Esponja) se les mime con títulos tan macanudos como Une vie de chat, lleno de gentes y animales que no son, precisamente, política y policialmente correctos.
Sangre fresca en el Zinemaldi. Somos 150.000 espectadores pero hay que renovar banquillos y alineaciones. Porque quien tiene la sangre en ebullición luce los ojos bien abiertos y la mente expandida hasta el horizonte y más allá. Tan ilimitada como para degustar ese Verbo de Chapero Jackson.Y no porque estén El Duque y Macarena Gómez, que también, sino porque huele a city, a spray de graffiti, a sudader a con capucha, a subterráneos, a viajes hacia dentro y hacia fuera de uno mismo. El mismo olor de Asalto al cine, que rapea por los claroscuros de México.
Cerebro y ojos sin orejeras para disfrutar como no lo harán los de cuarenta para arriba con Puzzled Love, una docena de cortos sobre el amor y otros goces y desgarros contados por criaturas como vosotros, alumnos de la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya.
Queremos gentes con acné cinematográfico para que se atrevan con Scars y vayan por ahí diciendo que ellos vieron la de Fresnadillo, Intruders, el día de la inauguración del Zinemaldi (hoy, exactamente). Gente capaz de entender por qué Sebastián Meise y Renato Pérez Arancibia,autores de Stillleben y Anónimo, sienten más simpatía por el personaje supuestamente criminal que por lo s cumplidores con la ley y el orden que le rodean. Queremos espectadores libres de ataduras, de esos que tras los derrapes y el olor a gasolina revolucionada y trucada de Drive encuentren cine de 24 kilates de platino. Gente que se choque con el miedo, la pasión, los países emergentes y las abuelas que todos soñamos tener (y acaso tengamos). Gentes para quienes Fellini no signifique nada y por eso vayan a conocerle en la exposición de San Telmo. Chicos, chicas que de pr onto encuentran el lazo de unión entre Sistiaga en el Koldo Mitxelena y Méliès en elVelódromo: los dos pintaban el celuloide.Ydespués de haberlo de scubierto, marcharos a ver si os toca una entrada para la fiesta en Bata, Bataplán. Y si no, vuelta a las tinieblas de las salas, que aún no hemos visto ni Miss Bala ni Texas Killing Fields.
Sangre fresca que corre por venas de celuloide joven.
Begoña del Teso