El secreto de la película ganadora de la Concha de Oro 2010 cada vez está más cerca de ser desvelado. Goran Paskaljevich, el presidente del Jurado de la Sección Oficial, apura como sus colegas las últimas horas que faltan.
El director de cine serbio (Belgrado, 1947) conoce bien el Zinemaldia, del que es asiduo
no sólo por afición, sino también porque sus películas han competido y ganado en el certamen: “Estoy enamorado del Festival y de su maravilloso público", confiesa”. En 1990 obtuvo el premio FIPRESCI con Time of MIracles y en 2004 fue galardonado con el Premio Especial del Jurado con Sueño de una noche de invierno.
“Lo mejor de este año es la gran diversidad de las películas que compiten. La selección de 2010 plantea opciones muy diferentes: muy pequeñas, más grandes, otras más caras, con pequeño presupuesto, muy diferentes también en cuanto al género. Es una selección muy variada y eso me parece muy positivo para el Festival. Para el Jurado esa diversidad complica un poco las cosas, porque tienes que comparar una pequeña con una gran producción y la elección no va a ser fácil”.
Como sus compañeros, Paskaljevich subraya la cordialidad con la que delibera el Jurado que preside: “Trabajamos en un ambiente muy amigable y cordial,con mucha negociación. Yo soy todo menos un dictador, y cada uno expresa libremente lo que le gusta o no.Es una democracia y todos, los siete, tenemos derecho a hablar y a expresarnos”. A su juicio, para
premiar un largometraje, “lo fundamental es que la película diga cosas importantes para el espectador de hoy, si transmite algo interesante para esta época, incluso si no es un tema contemporáneo, y si es sincera en su planteamiento.Además, debe primar también la emoción, la que puedan transmitir los actores.Yo, sin duda, voy a decidir desde mi corazón”.
Cine y crisis en los Balcanes
Desde su primer corto, Mister Hrstka (1969), el cineasta serbio Goran Paskaljevic ha dirigido 30 documentales y 15 largometrajes. Considerado un realizador comprometido, siempre ha sido muy celoso de su independencia en sus posiciones ideológicas. El
pasado mes de abril, el VII Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián le concedió el Premio Honorífico por su trabajo divulgando “la realidad del mundo en que vive”y por sus películas “que hablan de la sociedad de hoy, de la guerra, la inmigración
o la xenofobia”. Calificado como uno de los mejores directores de las ultimas décadas
y, sin duda, uno de los más grandes del cine de los Balcanes, opina que la situación de la cinematografía en su tierra no pasa por el mejor momento:
“Los países de los Balcanes están afectados por la crisis económica, y eso tiene muchas consecuencias para el cine de autor.Ahora no hay dinero para cine de calidad, y se les está dando protagonismo a films que resultan mucho más atractivos para el público
pero que tienen escasa calidad.Y en eso tiene gran responsabilidad la televisión,que ofrece programas tipo “Gran Hermano” y “La Granja” para las grandes audiencias.Ése es el caso de la televisión pública de mi país, por ejemplo, cuyo deber sería educar a los ciudadanos y que parece que está olvidando su papel”.
En las salas de cine, el panorama tampoco es muy optimista. “Cada vez cierran más salas –señala– y las que se mantienen, retiran muy pronto las películas de calidad. Para que la gente pueda descubrir una película buena es necesario que pase un tiempo en la cartelera pero, si no se llenan rápidamente, no las mantienen y no llegan a ser conocidas. No es que el público sea tonto, pero cuando llega una gran superproducción tiene tantos medios y tanta publicidad que es imposible luchar contra ello”. Goran Paskaljevich
añade otro factor a esta coyuntura: la piratería. “En mi país –asegura– en el mercado negro se pueden comprar por un euro todas las películas sólo tres días después de su estreno en las salas. Yel Estado no hace gran cosa por cambiar las cosas, porque prefiere
tener a la gente entretenida y divertida con aquello del pan y circo”.
Sin embargo, recuerda que también existe otro cine en los Balcanes: “Hay toda una nueva generación de cineastas de muy distinto tipo.Algunos se limitan a copiar las producciones estadounidenses, lo que en mi opinión es un poco estúpido porque nunca van a poder ser competitivos con ellos y, en cambio, otros sí que tratan de fijarse en la sociedad balcánica
actual, y yo apoyo a algunos de ellos como coproductor porque creo que es importante promocionar lo que se hace bien.Yo llevo cuarenta años en el cine y la crisis siempre ha estado ahí, pero he visto que las buenas películas de calidad, al final, siempre salen a
flote”.
Pili YOLDI