"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Xabier Elorriaga, actor vasco nacido en Venezuela, recibió ayer el Premio 2010 Una vida de Cine por su larga trayectoria cinematográfica. Entre otras, le hemos visto en películas tan destacadas como La fuga de Segovia, La muerte de Mikel, Lauaxeta-A los cuatro vientos o Companys, proceso a Cataluña. Antes de hacerle entrega del galardón, el director del Zinemaldia, Mikel Olaciregui, dedicó unas palabras a Elorriaga, a quien consideró,“
ante todo un amigo”: “Es un gran placer para mí entregar este premio a Xabier, por su larga trayectoria en el cine y por el camino que todavía le queda”, expresó
Olaciregui, y definió como “curioso” el hecho de que “un actor comprometido con la explosión del cine vasco de los años 80 se haya hecho conocido representando
al ‘Rey de las Españas’ en la serie Águila Roja”. Antes de que se le entregara el Premio a Elorriaga (una escultura realizada por Mikel Cristti, una esfera rodeada por fotogramas), el director de Zinemaldia concluyó que Elorriaga es “un personaje cercano con una humanidad muy grande” y opinó que,en definitiva,“es uno de lo nuestros. Ha dedicado gran parte de su vida al cine y todavía le queda mucho por recorrer”.
Media vida por delante
Tras recibir el premio de manos del director general de Kutxa, Xabier Iturbe, Elorriaga dio las gracias tanto al público que se reunió en la sala Kutxa como al escultor, momento en el que, divertido, explicó que la escultura gira sobre su eje e hizo una demostración ante el público: “Pero ojo -advirtió- me han comentado que si le das muchas vueltas se sale”. Con semblante serio, volvió al discurso y, sobre todo, tuvo palabras de agradecimiento para
su esposa, la escritora Arantxa Urretabizkaia, y su hijo, “que me acompañan desde el principio”.
En cuanto al nombre del galardón, opinó que se refiere a gente que ha entregado su vida al cine “y yo no he hecho eso. He cumplido media parte de mi vida en el cine, he intentado permanecer en esta profesión tan difícil desde los treinta años y el cine me ha permitido navegar y llegar a conseguir un mínimo aprecio de la gente”. Puntualizó que ha trabajado con muchos actores y directores, aseguró que ha tenido la oportunidad de conocer “espléndidos” técnicos, productores y ensayistas, y se mostró satisfecho por haber tenido la oportunidad de colaborar con la Filmoteca Vasca e incluso con la Orquesta Sinfónica de Euskadi.“Sólo me faltaba que me dieran un premio así y que me invitaran a un festival
como éste, que es el mejor del mundo, por las actividades paralelas
y por los lugares que puedes visitar, sobre todo para comer”, apostilló. Antes de concluir, quiso lanzar un guiño a los que trabajan en el mundo del cine: “Decía Álex de la Iglesia ayer (por el sábado) que no hay arte sin sufrimiento, y yo no tengo ninguna duda sobre eso. Yo creo que en el cine hay que tener más herramientas para que ese sufrimiento
sea menor”.
Tras la entrega del premio, los asistentes al acto tuvieron la oportunidad de ver la película Lauaxeta - A los cuatro vientos, en la que además de actuar participó también en la realización del guión.
Ésta es la cuarta edición en la que se entrega el Premio Una vida de Cine, galardón que reconoce la trayectoria cinematográfica de profesionales del mundo del cine y que en años anteriores la han recibido Antonio Mercero, Elías Querejeta y Pedro Olea.
Amalur ARTOLA