Su familia cree que pierde el tiempo armando rompecabezas y resulta que a través del mundo de los puzzles, ella encuentra una parte de sí misma”. Así resumía ayer la realizadora argentina Natalia Smirnoff el fondo argumental de su primer largometraje, Rompecabezas.

Smirnoff no eligió por casualidad el tema ni el título de su película, un pretexto para presentarnos el cambio vital de la protagonista, María del Carmen: “Quería que fuera un don que ella descubriera a los cincuenta años, y que fuera un don diferente, como por ejemplo no ser útil para la era productiva. Los puzzles son para muchos una pérdida de tiempo, y no tienen el estatus, pongamos, del ajedrez, que se relaciona con la inteligencia”.

La directora acerca a la protagonista al mundo supuesto de las competiciones internacionales de puzzles y, en su entrenamiento, algo en su vida se mueve: “Es un profundo cambio interno el que ella consigue. Se mueve del lugar que tenía, deja el espacio que controla, y se anima a algo que nunca se había animado, como por ejemplo a hacer un picnic sola. Por ahí ella encuentra una pequeña gran libertad”.

La película se inicia con el cincuenta cumpleaños de la protagonista, una mujer casada y con dos hijos jóvenes: “No entiendo cómo no se hacen mas películas con protagonistas de esta edad, las mujeres de cincuenta años. Yo creo en la sabiduría de ese momento, me parece una edad hermosísima. Las mujeres tienen un estado de madurez y de calma mayor, ese poso que van dejando la vida, los hijos. Los cincuenta son un momento de cambio, de cierta crisis y también de nuevas posibilidades para ir hacia algo totalmente nuevo”.

En Rompecabezas, Smirnoff utiliza planos cortos y coloca la cámara muy cerca, para que sea “como el otro yo de María del Carmen. Quería que también esos planos conformaran a mi protagonista como las fichas de un rompecabezas: la mayoría de las mujeres vemos la realidad con todas esas piezas, con sus detalles, y podemos estar en varias a la vez, sobrevolándolas”.

Todo el equipo es argentino

Rompecabezas es el primer largometraje de Natalia Smirnoff (Buenos Aires, 1972) y ella es la guionista y directora, después de formarse en la Escuela de Cine de Buenos Aires, trabajar siete años como realizadora de televisión y dirigir su primer corto, Naturaleza muerta. También participa en la producción, juntamente con Carrousel Films y Las Ninas Pictures (Francia). La realizadora subraya que todo el equipo de la película es argentino
y destaca el trabajo de los protagonistas, Maria Onetto y Arturo Goetz, ya que “sin ellos, Rompecabezas no sería la misma”.

El premio Casa de las Amé-ricas de la edición 2009 de Cine en Construcción del Zinemaldia posibilitó la conclusión del film y ahora Smirnoff trabaja en la versión definitiva del guión de su nuevo proyecto El cerrajero.

Pili YOLDI