"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Don Alejandro de la Iglesia Mendoza, conocido como Alex de la Iglesia, recibió ayer en el hall del Teatro Victoria Eugenia el Premio Nacional de Cinematografía 2010 de manos de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en reconocimiento a su “incuestionable
trayectoria profesional innovadora y transgresora”, así como por su “papel al frente de la Academia, y su clara labor a favor del consenso y acercamiento entre todos los que forman parte del cine español”.
Flanqueado por personalidades de las instituciones vascas y del Ministerio de Cultura, el realizador bilbaíno agradeció el galardón y prometió ser breve en
su discurso por dos motivos: “No tengo nada interesante que contar y llevo 24 horas sin dormir”. Con el humor que le caracteriza, el presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas relató el periplo de su viaje de regreso de Toronto. “He perdido dos aviones y acabo de tener un incidente diplomático en el aeropuerto de Nueva York por viajar con un perro, a pesar de que llevaba su pasaporte. Ha habido un momento en el que se quedaba el perro o nos quedábamos nosotros”.
A continuación, Alex de la Iglesia analizó la estrecha relación entre el sufrimiento y el placer. “La premura y la falta de condiciones suelen resultar estimulantes. No hay manera de disfrutar sin haber sufrido. Através del sufrimiento se llega al placer”.Admitió que esta premisa tan católica es su única relación con la religión.
El remedio que plantea es acostumbrarse a las condiciones no idóneas en las que trabajamos: aprender a que nos moleste menos y a sentirnos orgullosos.“ Con mi última película he sufrido más que con la primera, pero me he quedado más satisfecho”. El realizador vasco acaba de recoger el León de Plata al mejor director y el premio al mejor guión en el Festival de Cine de Venecia por Balada triste de trompeta.
González-Sinde se refirió a su trabajo como “cine de autor para masas”y destacó cariñosamente su capacidad de hipnotizar a la gente, así como su carácter voraz y obsesivo, “según cuentan sus amigos”.
“Hace cine sobre su portera porque para él Tintín resultaba más real que su portera”. La ministra repasó sus comienzos como dibujante de tebeos y su incursión como director de arte en cortometrajes de amigos, “hasta que descubrió el juguete y nunca lo soltó”.
En su discurso destacó la capacidad del premiado de conformar los repartos y elegir los mejores rostros del cine español, su don de gentes y capacidad de conciliar los diferentes intereses en su papel al frente de la Academia.
Al acto se unieron viejos amigos del homenajeado.Entre ellos, Chema Prado, director de la Filmoteca Española; el actor Eduardo Noriega, que reclamaba la atención del galardonado al grito de “¡Alejandro!”; los actores vascos Xabier Elorriaga y Aizpea Goenaga, así como Mikel Olaciregui y José Luis Rebordinos en representación del Festival.
Entre los premiados en ediciones recientes se encuentran Maribel Verdú (2009),Javier Bardem (2008), Alberto Iglesias (2007), Joaquín Jordá (2006) y Manuel Gutiérrez Aragón (2005).
Ane RODRÍGUEZ