El cine del joven filipino Raya Martin (1984) ha despertado igual número de seguidores apasionados que de críticos detractores. Su filmografía se caracteriza por la sencillez de la narrativa y por su sello muy personal. Es un cine de autor en el significado más puro.En su breve trayectoria ha conquistado premios en diversos festivales de prestigio y reclaman su presencia en medio mundo para que explique su fórmula.
Tan sólo veintiséis años y ya ha realizado ocho largometrajes, incluso se han dedicado retrospectivas a su trabajo. Su carrera va a gran velocidad.¿Cómo empezó todo?
Cuando tenía 18 años, rodé mi primer largometraje, el documental The Island at the End of
the World, cuando aún estaba en la universidad. Nunca he trabajado en otra cosa que no sea el cine, si lo puedes llamar trabajo. Durante mis años de estudiante no dejé de filmar y filmar. He rodado dos o tres películas por año en los últimos cinco.
¿Cómo ha podido mantener ese ritmo de producción?
Supongo que es más fácil rodar en Filipinas y, aunque filme tanto en digital como en película, mis producciones son rápidas y baratas. La verdad es que el tiempo ha pasado muy rápido. Empecé a ir con mis películas a festivales cuando tenía 21 años, y eso me hizo crecer de golpe. Me encontré rodeado de todos estos directores tan conocidos. He vivido estos años de una manera muy intensa.
Algo sobrecogedor, imagino.
Cuando estás en medio de ello, no te das cuenta. Estaba preocupado por otras ideas, trabajando en varios proyectos. Paré y no he hecho ninguna otra película en año y medio. Cuando te detienes te percatas de lo extraordinario que es todo esto y de que a pesar de tener sólo veintiséis años, he hecho muchos filmes para mi edad.
¿Qué le hizo parar?
El año pasado fue muy intenso para mí, cuando tuve dos filmes en Cannes. No es nada común que seleccionen dos cintas de un mismo autor para este festival, y aún menos cuando eres tan joven como yo.Después de esto me di cuenta de que era demasiado y empecé a hacer ciertos cambios en mi vida, a dedicar más tiempo para cosas cotidianas.Ahora estoy intentando encontrar la energía correcta para seguir.
¿Qué elementos encuentra necesarios
para hacer una película?
Me encanta levantarme, coger la cámara y salir a rodar. Tengo un millón de ideas en mi cabeza.Pero sabes que cuando tienes esa idea sobre la que te apasionas tanto, te olvidas del resto. No quiero mitificar al artista que se inspira, pero realmente sucede.
¿Viaja con una cámara?
No.Odio llevar cámaras cuando viajo. Ni siquiera traigo una pequeña. Lo solía hacer antes, para filmar momentos de mi viaje que después utilizaba, pero se volvía caótico. Me gusta la idea de organizarme mejor.
Como espectador, ¿qué busca en una historia?
Aunque no me definiría como un cinéfilo,de pequeños veíamos muchas películas.Cuando estaba estudiando, me apasionaba la idea de buscar films que no llegaban a nuestras pantallas. Me gustan las películas que me emocionan, que me dan pesadillas, que recuerdas dos semanas después de haberlas visto. En definitiva, aquéllas que dejan algún tipo de huella. Es comparable a establecer relaciones con gente. Me gusta crear vínculos con las historias, algo más íntimo.
Le han llamado “l’enfant terrible” del cine filipino. Tiene defensores apasionados de su filmografía y detractores radicales. ¿Cómo se ve en este cruce de posiciones?
A veces pienso que esa etiqueta me la han puesto porque soy joven. El hacer tantas películas a esta edad no es habitual, es una locura. Sobre todo la exposición a la que te sometes.Nunca pensé que inspiraría estas reacciones tan opuestas. Son simplemente historias que quiero contar.
En los últimos años se ha oído hablar mucho de la Nueva Ola de realizadores filipinos. ¿Cuál es su relación con el resto de colegas?
Me encantaría decir de una manera superficial que somos todos amigos. La verdad es que compartimos muchos momentos, pero a veces me siento solo haciendo este tipo de cine. Tradicionalmente, en Filipinas se ha hecho un cine mucho más comercial, más clásico, tipo Hollywood. Cada vez hay más gente que se abre al tipo de cine que yo realizo.
Ane RODRÍGUEZ