Arquitecto de formación, Marc Levy (Francia, 1961), publicó su primera novela en 2000, “Et si c’était vrai…” (Ojalá fuera cierto). “Empecé a escribir cuando tenía 17 años y tiré mi primer manuscrito a la basura”. Su hermana, guionista, envió el manuscrito a una editorial, que inmediatamente decidió publicarlo y Steven Spielberg adquirió los derechos cinematográficos de la novela. Aprovechando su estancia en la ciudad, el novelista ofrecerá una conferencia en el Centro Cultural Okendo el viernes 24 a las 19.00 horas.
Desde su primera novela ha estado publicando una media de un título por año. ¿Dónde encuentra la inspiración?
Siempre tengo muchas historias en la cabeza. Me gusta mirar lo que pasa a mi alrededor, escuchar y observar.Yde ahí surgen las historias, aunque es difícil saber de dónde viene la inspiración. Lo que puedo decir es que trabajo mucho, mucho.
Algunas de sus historias han sido adaptadas para la gran pantalla. ¿Ha pensado en escribir guiones?
Sí y no.Porque son dos escrituras muy diferentes. La novela ofrece una libertad que no existe al enfrentarte a un guión. Cuando escribes en una novela que mil jinetes descendieron de una colina, nadie te pone ninguna pega. Si es en un guión, el productor probablemente
quiera asesinarte. Hay ciertas dificultades presupuestarias y de producción que lo hacen más complejo. El guión es una parte de la historia de la película. La novela representa el total de la historia. Me gusta mi profesión de novelista, y de vez en cuando no me importa escribir un guión.
En las adaptaciones de sus novelas para el cine, los personajes adquieren los rostros de los actores y los decorados toman forma. ¿Cuál es su sensación?
Una historia cobra vida cuando la contamos.Respeto mucho el trabajo del realizador. El eterno debate que se suscita en torno a la fidelidad de la adaptación me parece comparable a cuando un artista pinta un paisaje o saca una fotografía de él. ¿Hemos traicionado el paisaje? No creo que sea así. Lo hemos expresado con dos miradas diferentes. Como novelista hay que tener la humildad de reconocer el trabajo del realizador y dejarle contar la historia a su manera.
Sus temas están normalmente relacionados con amores imposibles los personajes no se encuentran en el tiempo o en el lugar. ¿Es un tema recurrente?
Mis historias son, como dicen los americanos, “character driven” (impulsados por el personaje). Lo que más me interesa son los personajes que la acompañan. Los secundarios son los que le aportan relieve, toda la perspectiva y la profundidad de campo. Lo interesante es poner al ser humano en situaciones que le sobrepasan y ver cómo funcionan a partir de ahí.
¿Es eso lo que busca también en las películas?
Sí, el cine que me llega más es el que filma la humanidad de las personas. Voy a poner un ejemplo de la realizadora española Isabel Coixet, una de las más importantes para mí. Cuando veo un planteamiento como el de Elegy, encuentro todo lo que amo del cine ahí. Como el cine de Almodóvar. Es la capacidad de filmar el ser humano en la vida.
Como jurado de Kutxa-Nuevos Directores, ¿busca lo mismo en una ópera prima que en un film de un realizador más establecido?
Creo que la magia del cine o de la escritura es no partir con un “a priori”. Intento no ir a ver algo sabiendo ya lo que me gusta o lo que no me gusta. El tema de Elegy,basada en la novela de Philip Roth, no trata necesariamente temas que me gusten.Pero el film que ha compuesto Isabel Coixet es probablemente una de las películas que más me han emocionado en la vida, al igual que la novela. Cuando estoy en un jurado veo las películas con gran neutralidad.
Con su primera novela ganó un galardón. ¿Es consciente de la importancia de ese reconocimiento para alguien que empieza?
Sí, aunque llegar hasta aquí ya es un premio. Es difícil decir por qué lo gana uno y no otro. Para mí lo más importante es decir a los diecinueve participantes que quizá es mejor tener un premio por su decimonovena película que por su primera.
Ane RODRÍGUEZ