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"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
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El director iraní Vahid Vakilifar describe en Gesher, su primer largometraje, la vida de tres hombres que abandonan sus hogares y se dirigen a Oslouyeh, una de las zonas productoras de gas más ricas del sur de Irán, en busca de un futuro mejor. Alojados en tramos de un gasoducto en desuso, los protagonistas tendrán que buscar la forma de sobrellevar las duras condiciones de vida y se apoyarán mutuamente para lograr superar la situación. El director explica que Gesher es “una historia inspirada en la realidad”, porque “una parte importante tiene que ver con personas que viven allí. He podido interactuar con ellos y conocer sus costumbres”.Cuenta que, al llevar esta situación al cine, trataron de “ser honestos y sinceros con lo que se percibe allí, mostrar esta realidad”, y agrega que todos los personajes que participan en la película menos uno, que es actor profesional, son reales: “Dos de los tres protagonistas principales del film trabajan en una factoría pequeña que está al lado de los gasoductos y los demás son gente que vive y trabaja allí, que han colaborado mucho con nosotros”.
Sin prejuicios
Filmado en un espacio desolador, a película es visualmente impactante y muy sugerente, ante lo que el director de fotografía, Mohammad-Reza Jahanpanah, aclara que “hubo un intento de extraer su belleza”. En su opinión,“en una zona que es fea siempre podemos encontrar un punto de belleza y decidimos no tener una mirada de prejuicio sobre ella”. Agrega que para iluminar ciertas zonas se usaron linternas de mano, pero “en otras no utilizamos nada, porque queríamos que fuera muy real,mostrar el día a día”, en definitiva, “encontrar un equilibro entre la vida real y la imagen”. El director relata que han querido huir de “ese cine que se hace para el público, porque lo importante es la vida de las personas, ver a través de sus miradas lo que están diciendo, hacer lo posible para que el cine sea un instrumento”. Y, para lograr su objetivo, asegura que “hemos usado muchos simbolismos”. De hecho, el film es contemplativo y apenas tiene diálogos.
Sobre los posibles problemas que haya podido tener durante el rodaje o la difusión de la cinta,Vakilifar asegura que “hemos aprendido a superar las dificultades. Creo que hemos hablado de una realidad que contamos con limitaciones y, por ejemplo,yo he tenido serias dificultades para salir de Irán y poder llegar hasta aquí”.
Amalur ARTOLA
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