A Richard Brooks (Filadelfia, 1912-Beverly Hills, 1992) se le recuerda especialmente como uno de los más brillantes adaptadores al cine de escritores tan diversos como Tennessee Williams, en Cat on a Hot Tin Roof (La gata sobre el tejado de zinc, 1958) y Sweet Bird of Youth (Dulce pájaro de juventud, 1962); Joseph Conrad en Lord Jim (1965); Fedor Dostoievsky en The Brothers Karamazov (Los hermanos Karamazov, 1958); Sinclair Lewis en Elmer Gantry (El fuego y la palabra, 1960); Francis Scott Fitzgerald en The Last Time I Saw Paris (La última vez que vi París, 1954), y Truman Capote en In Cold Blood (A sangre fría, 1967).
Pero Brooks fue del mismo modo un brillante director de actores: Paul Newman, Cary Grant, Humphrey Bogart, Elizabeth Taylor, Jean Simmons (con la que estuvo casado entre 1960 y 1977), Burt Lancaster, Peter O’Toole, Gene Hackman y Diane Keaton fueron algunos de los protagonistas de sus filmes. No contento con trabajar con las estrellas consagradas, Brooks dio sus primeros papeles importantes a nuevos valores como Sidney Poitier, en Blackboard Jungle (Semilla de maldad, 1955), y Richard Gere, en Looking for Mr. Goodbar (Buscando al señor Goodbar, 1977). También se convirtió en un incisivo analista de la política y la sociedad norteamericana de su tiempo, con películas que marcaron un hito en la denuncia del racismo y los problemas de la educación como Blackboard Jungle, y otras que reflejaron la incidencia del periodismo como ‘cuarto poder’, caso de Deadline U.S.A. (1952).
Situado al ala izquierda del cine hollywoodiense de los 50 y 60, en su filmografía quedó siempre reflejada la tensión propia entre el autor independiente y el férreo sistema de los estudios de Hollywood, algo que caracterizaría a casi todos los integrantes de la llamada generación de la violencia. Pero el cine de Brooks fue siempre distinto del de Samuel Fuller, Robert Aldrich, Nicholas Ray, Richard Fleischer y Don Siegel, las otras figuras notables de esta generación que, a su modo, intentó cambiar el curso del cine norteamericano.
Brooks procedía del campo de la escritura –como periodista, novelista y guionista–, algo en lo que solo coincide con Fuller. Tampoco gozó con la misma intensidad de la reivindicación cahierista de la que se beneficiaron Fuller y Ray, por lo que su obra, muy coherente en lo ideológico y en lo estético, quedó a veces relegada en una segunda línea. Toca ahora recuperarla y situarla en su lugar justo en el mapa cinematográfico estadounidense.
Como sus compañeros de generación, tocó casi todos los géneros clásicos otorgándoles una mirada nueva, realista, madura y personal. Lo hizo en el western, con títulos comprometidos como The Last Hunt (1956) –sobre las masacres indiscriminadas de bisontes– y The Professionals (Los profesionales, 1966) –acerado retrato de los mercenarios estadounidenses en la revolución mexicana–, en el bélico – Battle Circus (1953) y Take the High Ground (Hombres de infantería, 1953)–, el melodrama –las sólidas adaptaciones de Tennessee Williams–, el cine de aventuras –Something of Value (Sangre sobre la tierra, 1957)– o el thriller setentero hoy tan alabado, al que dio un filme como Dollars (Dólares, 1971).
Ganador de un Oscar al mejor guión original en 1961 por Elmer Gantry y nominado en tres ocasiones como director, Brooks se inició como guionista de emblemáticos filmes del cine negro de los años 40, como Brute Force (Jules Dassin, 1947) y Key Largo (Cayo Largo, John Huston, 1948). Edward Dmytryk adaptó una de sus novelas en Crossfire (Encrucijada de odios, 1947). Además, Brooks escribió el guión de casi todos sus filmes como director, con el periodismo y la literatura como base de un cine que también contribuyó notablemente a los cambios expresivos de los años 50 y 60, en busca de imágenes de mayor fuerza e impacto.
RICHARD BROOKS. Películas de la retrospectiva
La retrospectiva dedicada al director estadounidense Richard Brooks incluirá sus 24 películas como director y cinco títulos en los que intervino como guionista o como autor de la novela en la que se basa el film.
Como director
Como guionista
Basada en su novela
Retrospectiva Contemporánea
Un capítulo habitual en las retrospectivas del Festival es el ciclo dedicado a un director clásico, que nos ha permitido acercarnos a la poco o mal conocida obra de autores como Robert Siodmak, James Whale, William Dieterle, William A. Wellman, Gregory La Cava, Tod Browning, Mitchell Leisen, Mikio Naruse, John M. Stahl, Carol Reed, Frank Borzage, Michael Powell, Preston Sturges, Anthony Mann, Robert Wise, Ernst Lubitsch, Henry King o Mario Monicelli