"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Como le ocurría al abordar casi todos los géneros, Richard Brooks no se conformó con los esquemas más excitantes de la aventura: la heroicidad, el exotismo, las emociones más viscerales, el riesgo físico, la diversión. Las dos películas de Brooks más conectadas con la aventura tienen paisajes propios del género, pero son en realidad dilemas morales que afectan al hombre en comunidad. O qué hacer cuando de la decisión de uno depende el destino de una colectividad.
Rock Hudson con camisa de safari sin mangas en la Kenia colonial. ¿El galán conquistando a la dama entre cacería y cacería para gozo del personal femenino de los años 50? No. Something of Value (Sangre sobre la tierra, 1957) tiene dentro a un Rock Hudson de mirada firme y talante decidido, recién salido de su colección de fastuosos melodramas para Douglas Sirk, y aún sin haber empezado a compartir pijama con Doris Day. Pero aquí la media naranja de Rock Hudson, o más bien su mitad contraria y complementaria,es Sidney Poitier, actor al que Richard Brooks había encumbrado dos años antes con Blackboard Jungle (Semilla de maldad, 1955). El racismo aflora de nuevo como tema candente que Brooks aborda sin remilgos. Un racismo que va más allá del blanco y negro: el colono y el colonizado que, como el príncipe y el mendigo, no saben de distinciones ni clasismos en la edad infantil y juvenil. Peter es hijo de un terrateniente inglés y Kimani un africano orgulloso de su tierra, y viven como hermanos hasta que la política y el conflicto social les arrastra y les enfrenta. Hay cacería y sabana y tiendas de campaña, e historias de amor en Something of Value, pero más que eso, una valiente mirada, en una época poco dada a ello, sobre la explotación de la tierra africana por parte de países ricos.Ysobre la amistad, la verdadera valentía y las ataduras familiares, todo ello expresado en una poderosa fotografía en blanco y negro que cambia el exotismo de las tierras africanas por la búsqueda de la verdad y la justicia.
Y para dilema moral, el de Lord Jim (1965). Siguiendo la magnífica senda de las adaptaciones literarias que marcó entre esas dos películas, a través de Tennessee Williams, Dostoievsky y Sinclair Lewis, ahora le tocó el turno a un Joseph Conrad que creó en Lord Jim uno de los retratos humanos más complejos, con disfraz aventurero. APeter O’Toole se le identifica siempre con Lawrence de Arabia, pero no le va a la zaga este Lord Jim en la capacidad de dar rostro a un héroe cargado por el peso de las zonas oscuras de su mente. Un marino a cargo de un barco que, ante el naufragio opta por salvarse en lugar de salvar a los demás. En realidad se ha condenado: cargará por siempre con la culpa, hasta que el azar y las circunstancias lleven su vida por complejos derroteros que le enfrenten a sí mismo y le zambullen, también, en una revolución social de fastuosas imágenes en Super Panavision.