"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Cuesta creer el brío y la modernidad que ha adquirido el cine de género en Francia durante la última década. Al amparo de una nueva generación de cineastas crecidos bajo el influjo de la serie B, han surgido algunas obras que se cuentan entre lo más destacado de la cosecha mundial. Tanto El pacto de los lobos (2001) como Martyrs (2008) representan un giro radical respecto al modelo de representación de sus tradiciones, respectivamente el cine de aventuras y el de terror.
El pacto de los lobos es la obra más redonda de Christo-phe Gans, un director de irregular filmografía que en sus inicios ya sembró las semillas de la renovación del género desde su propia revista,“Starfix”.Ambientada en la Francia pre-revolucionaria, la película de Gans parte de una premisa clásica del cine de aventuras, la caza de la bestia, pero escora el relato hacia lo fantástico, modernizando el lenguaje y los recursos narrativos. Jugando constantemente con el tiempo y el montaje, la película abunda en movimientos acelerados de cámara y secuencias de acción imposibles. Gans no se corta un pelo al coreografiar las luchas como si de una película de artes marciales se tratara, y ya puestos, de rodarlas como tales, con suspensión de la gravedad incluida. Todo ello resulta un pastiche exuberante de acción, misterio, sensualidad y tragedia, una aventura en toda regla que, más allá de su efectismo, entronca sin problemas en la tradición romántica del género, sin olvidar en ningún momento su condición de película histórica por la que sobrevuela constantemente la sombra de una revolución por venir.
Seguidor de “Starfix” y realizador del “making of” de El pacto de los lobos, Pascal Laugier también pertenece a esta nueva ola de autores amantes de la transgresión, devorados por el afán de ir más allá. Martyrs es su segundo largometraje, una obra de carácter extremo que persigue abrumar al espectador, someterlo a una experiencia brutal y desasosegante. Narrada con energía y contundencia, cuenta una historia de venganza que se retuerce sobre sí misma en una serie de giros y sorpresas muy bien llevados y que culmina en una orgía de violencia y tortura que pone a prueba los nervios más templados. Martyrs abre interrogantes sobre los límites de la exposición del dolor físico en pantalla, obligando al espectador a desviar la mirada demasiado a menudo; pero más allá del flirteo con el “snuff”, lo que anida en ella es un deseo indomable por llegar al espectador, por azotarlo con sus imágenes y hacerlo partícipe de su fantasía truculenta. Inédita en salas españolas (no hay distribuidor que se atreva a estrenarla), merece la pena aprovechar la oportunidad que brinda
el Festival para verla en pantalla grande.
Xavi SERRA