Manuel Pérez Estremera (Madrid 1944) es un asiduo de San Sebastián. Unas veces viene al Festival de Jazz, otras a ver a sus amigos y también al Festival de Cine del que fue director en 1993 y 1994, con cuyo Comité de Dirección estuvo relacionado hasta 1997.
Este año preside el Jurado del Premio Horizontes Latinos, en el que está acompañado por el director uruguayo Federico Veiroj y por la productora IIse Hughan. Gran conocedor de la cinematografía latinoamericana, Pérez Estremera está vinculado a TVE desde los años 70, donde fue subdirector del Departamento de Producción Externa. Responsable de la Cátedra de Producción de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños de Cuba, director de Cinematografía del Ministerio de Cultura de España, director de TVE de 2005 a 2007, estudioso y autor de varios libros, colaborador y jurado de certámenes … el listado de sus trabajos, todos relacionados con el mundo del cine y la televisión es casi interminable. “Siendo el principal festival del Estado –considera– yo creo que está muy bien que San Sebastián tenga una sección dedicada al cine latinoamericano, porque es un cine con una conexión histórica con la lengua castellana y con nosotros, y me parece fenomenal que el Festival se haya ido implicando más en ello, con sección propia, premio especial y lo que haga falta”. Aunque aún es pronto para opinar, Pérez Estremera considera que la sección de Horizontes Latinos “incluye este año un grupo de películas variado y representativo de lo que se hace en América Latina y que es como un espejo de cómo ha ido el año”.
“Hay ejemplos de cine colombiano, uruguayo, chileno pero, claro, las cinematografías históricamente más fuertes son las que traen más películas: México y Argentina, en este caso, y la que falta –apunta– sería Brasil. La producción brasileña es muy interesante, sugiere, pero tal vez al ser su idioma más minoritario, necesita subtítulos, eso seguramente influye en hacerla menos accesible en este tipo de muestras”.
Vinculado personal y profesionalmente al cine de muchos países de habla hispana, en su opinión “el cine latinoamericano siempre ha tenido las mismas virtudes y los mismos defectos: es muy creativo en sus historias y, como está muy apegado a su realidad, tiene una gran capacidad para contarla de una forma original. Pero arrastran enormes dificultades económicas, con lo cual siempre están en ese medio camino peligrosísimo de no ser tan aceptado como otros”.
Sin embargo, en los últimos años se están viendo grandes cambios: “En Colombia, por ejemplo, desde que salió la ley de cine de 2003, la producción y la calidad han subido como la espuma, un ejemplo para quien diga que las leyes y subvenciones no valen para nada. Y además, las ayudas al cine del Estado están muy bien organizadas, no hay servidumbres ni condicionantes –y yo puedo hablar de ese caso– y lo hacen bastante bien”.
Pérez Estremera no es optimista con respecto a la coyuntura que vive el cine no sólo latino, sino también el de otros muchos países: “Yo siempre estoy metido en estos otros cines, y creo que la situación es triste en todas partes, cada vez se ve menos cine, no sólo latinoamericano, sino también de otros países europeos, asiáticos, no digamos de África. Antes podías ver ese cine menos comercial, más de autor. Ahora, si no vas a los festivales, ni te enteras. La industria se ha impuesto sobre el arte.
No quiero hacer crítica de los lugares donde he trabajado, pero claro que también la televisión tiene algo de responsabilidad en ello, porque la pública no está atendiendo a este tipo de cine y a la privada nunca le ha interesado”.
Manuel Pérez Estremera no oculta su parcialidad para con el Zinemaldia: “El Festival, como todos, y como el vino, tiene también un poquito de añada: hay años que sale mejor y otros que ha llovido y la uva se ha estropeado y sale peor, pero son los altibajos normales; lo que es obvio es que el Festival ha crecido y mejorado mucho, no hace falta que sea amigo para decirlo.Yo no soy objetivo con el Festival, que es como si fuese mío, me duele lo que no funciona, me duele que le pongan mal, me duele hasta que haga mal tiempo sólo porque no es bueno para el Festival”.
Pero, sobre todo –concluye– lo que veo es que todo esfuerzo es poco para mantenerlo lo mejor posible e incluyo a las instituciones públicas y sus dineros, porque es un punto de referencia muy importante que conviene defender y mantener”.