"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
De entre los trabajos de la directora, guionista y actriz Marina de Van, destacan dos películas protagonizadas por mujeres fuertes que hacen solas un durísimo viaje emocional. Son dos filmes muy distintos, como distintas son sus historias y mecanismos. Pero comparten una descripción minuciosa, clínica y con un punto de abstracción extrañamente revelador de los periplos internos de esas damas.
Uno de esos trabajos es Bajo la arena (2000), una de sus colaboraciones con François Ozon como guionista. Escrita por ambos y por Emmanuèle Bernheim, cuenta la historia de una mujer (Charlotte Rampling) que despierta de una siesta en la playa y descubre que su esposo, quien la acompañaba, ha desaparecido. Propia del thriller o del cine de terror, esa situación es el arranque de una lúcida reflexión sobre los procesos emocionales y mentales de una persona que sufre la pérdida de un ser querido y no dispone de una explicación que le permita afrontar el luto.
El viaje de la protagonista de Dans ma peau (2002) no está enfocado a la busca de respuestas, sino a la perdición más absoluta e irreversible. Crudo, de un incomodísimo realismo y radical en su representación de la violencia, el magnífico primer largo de De Van como directora muestra al detalle la degradación física y mental de una mujer (encarnada por ella misma) que desarrolla una atracción enfermiza por el dolor y empieza a autolesionarse. Por su violencia paroxismal pasa por una película de terror, pero trasciende el género para erigirse en una contundente meditación sobre la adicción nociva y las enfermedades autodestructivas.
Desirée de Fez