"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
¿A qué se parece el cine francés de género de esta década? Ante todo a un “meltingpot ”. Los realizadores que se prestan a este ejercicio asumen plenamente sus influencias venidas del exterior. Alexandre Bustillo no ha parado, en las páginas de “Mad Movies”, donde es periodista, de proclamar su amor por el gore “made in Italy”, en el periodo Joe D’Amato o Lucio Fulci. No ha cambiado de postura: À l’intérieur (2007), su primera película (co-realizada con Julián Maury) les rinde homenaje con su estética de lo macabro. Robin Campillo puede difícilmente esconder que Les Revenants (2004) toma el mismo punto de partida que La noche de los muertos vivientes, el clásico de George A. Romero. El género de horror italiano o americano, por tanto, no son más que puntos de referencia; simples balizas para principiantes. À l’intérieur o Les Revenants están lejos de ser refritos o plagios: sus realizadores nunca se dejan en el camino la parte específicamente francesa de su identidad, que les acerca inconscientemente a una especialidad local: el cine de autor.
Respecto a Bustillo y Maury, puede parecer que reunir en la misma pantalla a Béatrice Dalle y Nicolas Duvauchelle es un guiño evidente a Trouble Every Day de Claire Denis, con la que À l’intérieur comparte el mismo discurso sobre las ambigüedades de la monstruosidad, incluso a la hora de situarlas en un contexto social: À l’intérieur tiene lugar en el marco de los motines que envolvieron las barriadas de la capital francesa en 2005. ¿Es una forma de recordarnos que la violencia que golpea con más fuerza no siempre es la que creemos?
Les Revenants está rodada sobre la misma fibra social. Si en el filme de Romero los muertos vuelven a la vida sin otro objetivo que el de alimentarse, Campillo realiza una nueva amenaza planteando una pregunta tan simple como pertinente: ¿qué hacer con los resucitados si quieren recuperar su estatus en la sociedad? El horror invade el mundo de los vivos que deben hacer frente a la culpabilidad que les provoca haber olvidado a sus difuntos. Campillo tropieza con otra dificultad muy actual: la de integrarse, encontrar nuestro sitio en un mundo cada vez más insensible a la miseria humana, y a aquellos que no se corresponden con la norma.
El personaje central de Le Convoyeur (2004) puede representar el término medio entre Los muertos vivientes de Les Revenants y la mujer con una obsesión perversa de À l’intérieur: la cinta de Nicolas Boukhrief presenta un anti-héroe movido por una cruzada personal a pesar de estar emocionalmente muerto. Su entorno lo componen una especie de limbos donde viven hombres y mujeres desconectados de la realidad por falta de esperanza. Boukhref aprovecha códigos del thriller para reencontrar, como Campillo, Bustillo y Maury, una de las constantes del cine de género: infiltrar películas de entretenimiento con una mirada contemporánea, a menudo lúcida, de la especie humana y de sus dolores.
Alex Masson