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Cualquier producción de Terry Gilliam es esperada con, por lo menos, cierto grado de curiosidad. A El imaginario del Doctor Parnassus se le añade el factor de la muerte de su protagonista, Heath Ledger, antes de la finalización. Su personaje se completó con la aportación desinteresada de Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell. “Esta película es un acto de amor”, confiesa el director.
Una gran dosis de fantasía alimenta esta fábula sobre el bien y el mal, la inmortalidad y la imaginación. “ Creo que me estoy haciendo viejo, y empiezo a pensar en la muerte”. El Dr. Parnassus, encarnado por el teatral Christopher Plummer, tiene un show itinerante donde ofrece al público sumergirse en su propia imaginación, donde podrán elegir entre la luz y la oscuridad. Tendrá que evitar que el diablo, un fantástico Tom Waits, se lleve a su hija para saldar la deuda que tiene con él por haberle concedido la inmortalidad.
Terry Gilliam recrea unos mundos fantásticos de acuerdo con los deseos de los personajes que se adentran en el espejo del Dr. Parnassus. “Creo que la mayoría de las personas viven una vida muy gris. Estoy intentando alentar a la gente a ampliar su imaginación. Es mi versión de lo que puede ser el mundo frente al espejo que retrata la televisión”. En ese sentido, dice que siempre le han gustado los niños, los locos y la gente ajena al sistema, porque ven la sociedad con ojos abiertos y honestos, frente al resto que está estresado y sin aliento para mirar alrededor.
Gilliam estuvo a punto de cancelar el proyecto, porque, además de colega, Heath Ledger era también amigo personal. Gracias a la insistencia de varias personas cercanas, lo retomó. “Era importante encontrar a amigos de Heath para completar su trabajo, que lo conociesen bien”. El director envió un DVD a cada uno de los actores con escenas rodadas de Ledger. Rodaron sin tiempo de ensayar. “Es un milagro que funcione tan bien”, se ríe. “Representa un testamento maravilloso por el amor que generaba Heath”. Como indican los títulos de crédito, una película de Heath Ledger y amigos.
Ane Rodríguez