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"Nos quedamos cada vez más solos”, dicen los protagonistas de Los Condenados, al sentir -uno con culpa y otro aún convencido- que su opción por la lucha armada cada vez es menos comprendida. La película presenta, según Isaki Lacuesta, el diálogo entre dos generaciones: los ex guerrilleros que se debaten entre la contrición y la responsabilidad, y sus hijos, algunos intentando emularlos, otros que quieren olvidar - y vivir otra vida. El lapso de 30 años que aparece en el relato muestra “lo que ha cambiado la sociedad,que tiene ahora una visión muy distinta de lo que es la lucha armada”. A Lacuesta le “interesaba” que fuera una historia en la que se mezclaran el presente y el pasado: “No es una película sobre la memoria histórica, o no sólo eso”. Asu juicio,“el tema de la lucha armada es clave en toda la historia del siglo XX”.
Isaki Lacuesta inició el proyecto con el objetivo de hacer un documental, cuya idea le inspiró la impresión que le causó una excavación clandestina en Cataluña: “Empecé a pensar en ello como un documental que sería ‘La fosa común’, pero el tema de la película es la legitimidad de la lucha armada, cuál es el conflicto interno, la tragedia que empuja a alguien a decidir matar a otra persona para defender una idea”. Finalmente, tras un largo proceso de varios años decidió que “todo este debate moral,este planteamiento ético era complicado llevarlo al documental y el formato de ficción se fue imponiendo”.
Conflicto de muchos sitios
Deliberadamente en la película no se menciona ningún país ni ningún grupo guerrillero, excepto un breve comentario sobre ETA. “Está construida para que sea verosímil en cualquier contexto, es un conflicto que se produce en muchos sitios”.
Dos meses de rodaje en plena selva peruana llevaron a actores, director y resto de equipo a agrias discusiones, “como las que se ven en la película”, en las que debatían sobre todas estas cuestiones morales, desde puntos de vista e ideologías muy diferentes. Según Lacuesta: “Ellos han aportado mucho,porque habían vivido cosas muy cercanas”.
Daniel Fanego encarna a Martín, el ex guerrillero al que el pasado persigue: “Construir el personaje, aceptarlo, fue difícil. Tenía gran parte de los prejuicios que muchos argentinos van a tener para aceptar la película”. Arturo Goetz, el otro ex guerrillero, cree que el estreno de Los Condenados “en Argentina no va a ser en silencio”. Aceptó el papel con miedo pero “enseguida pensé que era una historia que había que contar,que había que empezar a correr velos”.
A.D.