"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Nacido en Haifa (Israel), el realizador Amos Gitai ha dirigido estos días el jurado del VII Encuentro Internacional de las Escuelas de Cine.“Soy sólo un arquitecto y nunca he ido a una escuela cinematográfica”, dijo a los estudiantes el primer día. Y es que este director, que cuenta con una filmografía de alrededor de cuarenta títulos, estudiaba arquitectura cuando estalló la Guerra del Yom Kippur. Durante las misiones a bordo de un helicóptero grabó sus primeras imágenes, lo que le llevó a su carrera en el cine.
¿Qué opina de la nueva generación de cineastas? ¿Aquí, hay algo que le haya sorprendido?
Creo que hay realmente cosas bonitas. El cine no es como la escultura o la pintura, que existen desde hace siglos. Tal como lo conocemos ahora y, sobre todo, el digital, es muy joven. Hay que desafiar las formas y no aceptar la convención. Es interesante ver cómo filmes cubanos, marroquíes y americanos, extrañamente, que se han hecho con pocos medios, tienen una gran calidad.
Cuando se presentó a los alumnos, dijo que insistiría en la forma más que sobre otros aspectos. ¿Es más importante que la propia historia?
No, yo creo que las dos cosas importan. No hay que malgastar ni la cinta ni el tiempo. ¡Hay que decir algo! Pero, hagamos un filme estricto o alternativo, si la gente sale de una película y dice: “sí, el tema era muy interesante”, para mí ese trabajo no ha llegado hasta el final. Es necesario que el argumento sea interesante pero también la traducción del mismo en términos cinematográficos.
También comentó que es bueno hacer películas subversivas...
Sí, hay que hacer preguntas aunque molesten porque la sociedad está demasiado bombardeada por los productos del cine. Éste es un arte híbrido y hay películas que son estrictamente productos de mercado. Por eso creo que hace falta que el deseo de decir algo se vea en la temática y en la forma. Hay que decir algo porque, de todas formas, el poder de las fuerzas económicas del marketing va a existir. Tengo ganas de alentar las tendencias de los jóvenes para que fomenten la reflexión.
¿Es ése su consejo?
Sí. El planeta tiene la necesidad de pensar, y la cámara nos permite proponer reflexiones. A lo largo de la historia siempre se ha encontrado un medio para plantear estas preguntas a pesar de las restricciones. Hace falta que el cine, el medio de nuestro tiempo, cumpla con esta misión.
Sus documentales y películas han hecho pensar a mucha gente. ¿Cree que los cineastas de hoy en día tendrán el camino más fácil?
En mi país, cuando comencé a rodar, era muy difícil hablar de algunos temas que eran tabú. Hoy en día, la pregunta que hacía en mi primera película existe en la conciencia colectiva. En ese sentido, hay un trabajo que ya está hecho pero hay que permanecer vigilante, especialmente en regiones como las nuestras que viven conflictos sin resolver. Nos toca a los cineastas proponer posibilidades de coexistencia.
¿Puede haber una cierta frivolidad cuando se retratan esos conflictos sin haberlos vivido?
Sí, es cierto. Los medios dan información superficial y creemos conocer al otro. Imagino que en el País Vasco también se sufren a menudo las consecuencias de esa idea que la gente se hace de la región. En Oriente Medio nos sucede igual. Los medios de hoy en día nos dan una visión muy esquemática, caricaturesca, de lo que sucede. Así, a nivel individual, no somos libres y debemos hacer un trabajo de interpretación.¡No se puede dar nada por sentado! Debemos seguir haciéndonos preguntas y buscando una visión más com-pleja.Tanto aquí como en Israel vivimos una contradicción en la que las fuerzas que quieren oprimir a una sociedad abierta llegan de todas partes. Hay que estar alerta para poder componer nuestra propia visión del mundo.
Itziar OTEGI