"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El director de la penúltima película a concurso en esta edición de Horizontes Latinos no pudo acudir a Donostia, y fue el protagonista Arturo Goetz el encargado de presentar La sangre brota ante los espectadores en su estreno en el Festival. “Es una película muy urbana, sobre los problemas de la juventud de hoy, con un mensaje tal vez no muy esperanzador”, explicó el actor en el coloquio que siguió a la proyección, aunque –añadió– “el propio Pablo Fendrik sonreiría y diría explícitamente que prefiere que no tenga mensaje”.
La sangre brota retrata el espacio físico de Buenos Aires donde se encuentran los hijos de la clase media con el mundo de los vendedores, los traficantes, todo en medio de una situación de innegable necesidad económica y con los componentes de la familia de un taxista como hilo conductor. La violencia contenida que impregna la primera mitad de la cinta estalla en la cara del espectador en su última parte, presentida y guiada por la magnífica interpretación del actor argentino Arturo Goetz.
Igual que su primera película, El Asaltante, el cine de Fendrik funciona muy bien en los festivales y en los circuitos de cine de autor. Reconoce que no es de público masivo, pero confía plenamente en la calidad del trabajo del joven realizador y está “seguro de que es un cine que será reconocido y que va a encontrar su público”.
La sangre brota se presentó en el Festival de Cannes y consiguió el Premio de la Crítica Joven. Después de San Sebastián tomará parte en otros festivales como Biarritz, Locarno o Río de Janeiro.
Arturo Goetz (Buenos Aires, 1944) tiene en su curriculum catorce películas y es uno de los actores argentinos más reconocidos en la actualidad. “Yo empecé tarde en esto –relata– a los 50 años, después de toda una vida como economista, aunque siempre fui actor teatral aficionado. Animado por mi mujer me decidí a cambiar de oficio, y el cambio fue buenísimo”. Cintas como La niña Santa (2004), dirigida por Lucrecia Martel, Derecho de Familia (2005) y El nido vacío (2008), estas dos últimas realizadas por Daniel Burman, destacan en su trayectoria como actor.
“La verdad –reconoce– es que no he parado de trabajar: publicidad, cine, televisión, siempre algo de teatro; además, estoy teniendo mucha suerte de poder trabajar con directores extraordinarios y lo mejor de todo es que puedo elegir bien, lo que es fundamental”.
Entre sus proyectos inmediatos, Arturo Goetz destaca la película que próximamente comenzarán a rodar en Perú, Los condenados, una producción española que dirigirá Isaki Lacuesta.
P.Y.