"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Tras abrirse la puerta, comparecieron las reclusas. Las actrices de El patio de mi cárcel se presentaron orgullosas a la rueda de reconocimiento para explicar su experiencia penitenciaria y enfrentarse al tercer grado de los periodistas. Las fotos para las que posaron, tampoco formarán parte de ningún expediente carcelario. Seguro que lo agradecen.
La directora del filme, Belén Macías, que proviene del teatro y el cortometraje, se ha decantado en su primer largo por una potente historia. “Me acordé de un grupo de teatro compuesto por reclusas a las que había visto actuar en cierta ocasión. Tras ponerme en contacto con Elena Cánovas, la directora del grupo, comencé a perfilar los personajes”.
La película que comienza su andadura en 1985, cuenta los acontecimientos que protagonizó el grupo teatral Las Yeses. “Excepto el personaje de funcionaria penitenciaria que interpreta Candela Peña, inspirada en Elena Cánovas, todos las demás son absoluta ficción”, recalca la directora. “Creamos perfiles completamente nuevos”.
Un exigente casting eligió a las actrices.“Antes de comenzar el rodaje estuvimos un mes y medio ensayando, y ahí se formó un bonito caldo de cultivo. Todas hicimos piña. Creo que esa sensación de unión también la podrá percibir el espectador cuando vea la película”. Dirigir a tantas ‘reclusas’ –10 actrices principales– no fue ninguna condena para Macías. “Aunque la puesta en escena no fue nada fácil, fue un rodaje maravilloso”.
Las actrices, por su parte, trabajaron de forma muy particular cada personaje. Verónica Echegui –Isa–, conoció en un centro de desintoxicación a una toxicómana madre de una niña –igual que ella en el filme– que le ayudó a enriquecer su personaje. Lo mismo hizo Ana Wagener –Dolores– contactando con una mujer de la comunidad gitana del extrarradio de Madrid.Todas las actrices se mostraron felices con el personaje que han encarnado.
Dos de ellas –Verónica Echegui y Violeta Pérez– juegan asiduamente en el filme, para evadirse de la rutina carcelaria al “Yo me quito…”, distracción que consiste en eliminar aspectos de la vida que no les gustan. Tras la experiencia penitenciaria,Violeta Pérez,“quitaría”muchas cosas de las cárceles. “La masificación, a los enfermos mentales para que fueran atendidos en otros centros, la suciedad y a muchísimas personas que no deberían estar ahí”. Todas impulsarían en las prisiones talleres de teatro por su apropiada función terapéutica.
EZPALA