"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Heddy Honigmann inauguró la sección Horizontes Latinos y quiso que el estreno mundial de su documental El Olvido fuera en San Sebastián.Se trata de un retrato lúcido y emocionante de la sociedad peruana,ubicado en las calles de Lima.
La larga trayectoria cinematográfica de la realizadora (Lima 1951) incluye la dirección de varios largometrajes, tanto de ficción como documentales. Entre otros, Au revoir (1995) Mind Shadows (1987), Metal and Melancholy (1993) Crazy (1999), Food for Love (2004) o Forever, con el que acudió a Donostia en 2006.“Hace dos años –recordaba– el Festival acogió a Forever con ternura y amor, y esperemos que pase lo mismo con El Olvido”.
En su presentación en Donostia, la directora saludó al público de Horizontes Latinos con un deseo: “En la película hay montón de mafiosos enormes y una cantidad gigantesca de pequeños poetas”, dijo. “Espero que ustedes aprecien sobre todo a los pequeños poetas”.Através de todos ellos -limpiabotas, vendedores, cantantes, malabaristas, camareros, manifestantes- Honigmann construye un variado caleidoscopio que muestra la política, la sociedad y la economía peruana con ternura y, sobre todo, con ironía, una característica “estructural” de los peruanos y, sobre todo,–asegura– “el mejor recurso para sobrevivir”.
Destaca sobre todo el trabajo de los protagonistas de su filme que, afirma, podrían hacer una película lo mismo que hacen un documental: “Para mí no hay gran diferencia: cada uno de mis personajes actúa tan bien como Meryl Streep o Tom Hanks, esos rostros, esas emociones, ese humor. Considero un gran privilegio poder trabajar con ellos”.
La realizadora relata que las primeras ideas para El Olvido surgieron cuando visitaba a su madre en unas vacaciones en Lima. Para ella, que reside en Ámsterdam desde 1978, volver a encontrarse con un camarero conocido de toda la vida (Adolfo Chaves) en el mismo restaurante,fue encontrase con la historia reciente de Perú a través de otros ojos.“Así creció la película,para hacer una historia sobre mi ciudad, una ciudad olvidada, de barrios altos y barriadas, pero no algo estridente porque yo, como dice el poeta José Watanabe, ante el horror, sólo me permito este poema silencioso”.
«Mi tema es la memoria»
El eje del trabajo de Honigmann es la búsqueda: “Cuando preparo un documental, para mí lo fundamental es el research,para poder llegar a mi idea esencial: el olvido”. Para incidir en ese trabajo de la memoria, la directora combina la actualidad de la calle con las imágenes de la toma de posesión de los sucesivos presidentes de Perú: “Ese material de archivo podría perfectamente repetirse con los presidentes de cualquier país de Latinoamérica; ellos juran su compromiso con sus ciudadanos,pero después se olvidan,no hay ningún presidente que haya cumplido con lo que ha dicho,se han olvidado completamente del pueblo”.
Honigmann ha disfrutado con El Olvido: “En un documental vas moviéndote como el mar, evidentemente una idea central te mantiene en pie durante la filmación pero, desde lo que tenías pensado, vas ajustando nuevas personas y les llamas personajes, y vas incluyendo también lo que te va pasando, como las niñas gimnastas de la calle, o el señor que hace juegos para la memoria, que los encontramos así, al tiro, en los días de la filmación y, afortunadamente, mi equipo siempre está preparado”.
P. Y.